El Nobel de Economía ha sido adjudicado a tres economistas que han dedicado su investigación, trabajo y esfuerzos, a derrotar la pobreza en los llamados países del tercer mundo. Su enfoque ha sido trabajar en los problemas que agobian a las poblaciones, como son la obtención de agua potable, mejorar la alimentación y la educación y la obtención de redes antimosquitos en contra de la malaria. Para ellos, se puede llegar a eliminar su condición de pobreza si se eliminan estos inconvenientes.
Ester Duflo, su marido, Abhijit Banerjee y Michael Kremer fueron premiados por su trabajo experimental de dividir grandes preguntas sobre la pobreza en preguntas de investigación pequeñas, para obtener mejores resultados al momento de intervenir áreas como la salud infantil y la mejora de la educación.
Sus investigaciones son realizadas directamente con las poblaciones, ensayando sencillas maneras de mejorar la vida de sus habitantes y, así, disminuir su pobreza y mejorar sus posibilidades en el futuro.
Su trabajo, basado en experimentos comparativos entre aldeas que recibieron su intervención, por ejemplo, perforando un pozo de agua, comparadas con aquellas que no recibieron dicha ayuda. Así, lograron medir la importancia de estas pequeñas acciones en la erradicación de la pobreza.
Lo novedoso de su método fue su contacto directo con los sujetos en los que basaban sus experimentos, con los pobladores de las zonas estudiadas: campesinos, maestros, líderes comunales, padres de familia y niños. Algo poco usual entre los economistas.
Generalmente, imaginamos a los economistas en sus escritorios, rodeados de documentos, cifras, porcentajes y datos, en un ambiente totalmente académico, alejado del trabajo de campo y de las gentes y lugares de donde sale su información. Completamente lo contrario fue lo que los tres ganadores del Nobel hicieron. Su investigación se llevó a cabo directamente donde está el problema. Allí plantearon sus preguntas y desarrollaron sus experimentos, probado sus propuestas y soluciones, trabajado directamente con los sujetos de sus investigaciones.
Desde 1990, Kremer desarrolló una serie de proyectos en aldeas de Kenia, demostrando la importancia del tratamiento contra parásitos intestinales para mejorar los resultados académicos de los niños.
Banerjee y Duflo comprobaron la mejora en la calidad de vida de las poblaciones vacunadas, en las cuales eliminaron enfermedades como el sarampión o el polio, que dejaban dolorosas secuelas entre sus pobladores, impidiéndoles sacudirse de la pobreza.
Estos economistas han demostrado que la pobreza es solucionable, no solo con grandes intervenciones gubernamentales, sino también con pequeñas campañas que impulsen la vacunación, la eliminación de parásitos intestinales, una alimentación adecuada, el uso de redes antimosquitos. Intervenciones hechas persona a persona, convenciendo de su eficacia a los líderes comunales, maestros y progenitores y con el entrenamiento de maestros y auxiliares de salud en técnicas modernas de educación e higiene.
Estas campañas ya se han hecho por la comunidad médica y fundaciones privadas, Mas este premio les da gran relevancia entre los economistas del mundo.
El jurado del Nobel de Ciencias se ha apuntado un gran éxito en la lucha contra la pobreza al conceder este honroso galardón a estos tres economistas: “Los premiados han introducido un nuevo enfoque para obtener respuestas válidas sobre la mejor manera de luchar contra la pobreza global”. Sus palabras son bienvenidas por el mundo.