GSMA, la mayor agremiación de la industria móvil en el mundo, que reúne alrededor de 250 operadores y unas 400 compañías que hacen parte del ecosistema digital, acaba de publicar el “Mobile Economy Report 2020”. En dicho estudio, anuncian los principales avances de la industria, así como las proyecciones en materia de conectividad y su impacto en la economía global. Vale la pena resaltar algunos de los datos más relevantes para Colombia y la región, los cuales representan una gran oportunidad, pero sobretodo, un gran desafío para nuestro país.
Desafortunadamente, América Latina seguirá rezagada respecto al promedio mundial en la adopción de la tecnología 5G para 2025. Mientras la media global estará en el 22%, nuestra región apenas alcanzará una cobertura del 7%, muy por debajo del 50% que tendrán los países desarrollados del Asia o el 48% que tendrá Norte América.
En cuanto a la tecnología 4G, para el 2025 se espera que el 67% de la población del subcontinente esté conectada, lo que significará un aporte a la economía cercano a los 300 billones de dólares para el año 2023. Esto, sin duda, tendrá un efecto positivo sobre el crecimiento económico regional, mejorando la eficiencia y la productividad de nuestras industrias, gracias al aumento en el número de objetos, personas y empresas conectadas. Llegaremos a 1,3 billones en 2025, lo que significa triplicar la conectividad de nuestro entorno.
La industria de las telecomunicaciones, como es evidente, es la gran protagonista de la cuarta revolución industrial. Según los cálculos de GSMA, para 2025, el 73% de los latinoamericanos serán suscriptores de servicios de internet móvil, llegando a más de 480 millones de personas. No obstante, 700 millones de personas, tendrán acceso a algún tipo de servicio digital.
Por otra parte, el crecimiento de la industria será un gran generador de empleos en la región, aportando más de 1.7 millones de puestos de trabajo para 2025. Con inversiones cercanas a los 130 billones de dólares en los próximos 5 años, la industria va a aportar alrededor de 40 billones de dólares al fisco, sin contar contraprestaciones regulatorias, ni cobros por la asignación de uso de espectro.
Hoy, el aporte de la industria al PIB, es cercano al 5%, pero puede aumentar entre uno y dos puntos en los próximos cinco años. Pero el aporte de la industria no solo será económico, nuestro aporte es transversal a todos los ámbitos de la sociedad, revolucionando la calidad de vida de las personas, contribuyendo a mejorar todos los indicadores de los objetivos de desarrollo sostenible, trazados por la ONU.
Si bien es un panorama que resulta alentador, nuestra región, y en particular Colombia, siguen lejos de asumir correctamente los retos de la era digital. El crecimiento económico y social, derivado del acceso a la conectividad y de la digitalización de nuestro entorno, solo será posible si la regulación se simplifica y si se reducen barreras y cargas impositivas, que frenan el desarrollo de la industria.
@SamuelHoyosM