DIEGO ARANGO* | El Nuevo Siglo
Jueves, 29 de Agosto de 2013

El paro va en serio

 

Aunque  el presidente Juan Manuel Santos ha subestimado la magnitud del paro, este va en serio. Son varios los departamentos que se han sumado. Miles de campesinos se han lanzado a las vías para hacerse sentir. Las imprudentes declaraciones del Primer Mandatario enardecieron los ánimos del campesinado y han doblado su presencia. En las ciudades se empieza a sentir el desabastecimiento de productos básicos de la canasta familiar.

El paro existe por asfixia, pues los productores del campo que son los pequeños agricultores vienen en una racha de desespero de años acumulados al ver y sentir pérdidas permanentes y sin solución a sus productos, no dan más. Veamos productos como la leche, el café, la papa, el tomate, la caña, las hortalizas y frutas entre otros se los pagan los comerciantes mayoristas al precio que se les antoja, muchas veces por debajo de la producción. Las organizaciones que adquieren productos como el café lo pagan por debajo de los costos, mientras el agricultor tiene que pagar los insumos agrícolas importados a valores altísimos, como abonos, pesticidas, semillas y demás necesarios para la actividad.

El Gobierno no ha querido entender eso y si lo entiende no le para bolas y ahí está el resultado. Es una política de favorecimiento al gran agricultor, a los intermediarios que nunca pierden, a los banqueros con los préstamos agropecuarios de altos intereses, mientras el pobre campesino lleva del bulto. Pues se les rebosó la taza y están decididos a afrontar la situación, porque si se dejan convencer del gobierno con falsas promesas y no con acuerdos serios y medidas efectivas, seguirán en las mismas condiciones de miseria y abandono poniéndolos como carne de cañón para convertirse en potenciales delincuentes cultivando coca, marihuana y amapola influidos por los narcos, las bacrim y la guerrilla que son los que trafican con esos productos y ante la creciente demanda del mercado internacional, los campesinos podrán terminar de peones de los delincuentes y si se suman a esto los tratados de libre comercio que no fueron graduales, entonces los productos que ingresan de Estados Unidos, Chile, Perú, Centroamérica y Europa están invadiendo los mercados a precios bajos para el comerciante, pero que tampoco favorecen al consumidor porque finalmente este paga lo mismo por una mandarina arrayana producida en Colombia que por una peruana, de la Florida o de California. El asunto está en el desequilibrio económico que se rompe por el lado más débil que es el campesino. A todas estas, no me imagino un labriego incendiando un camión, una tractomula y menos a varios carros particulares, poniéndose pañoletas en la cara para tapársela, esos son los terroristas que envía la guerrilla y los movimientos políticos de izquierda que azuzan y crean las asonadas para pescar en río revuelto. Los campesinos cierran vías y protestan pero no son criminales, hay que saber diferenciar eso.

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*Presidente Canal Teleamiga Internacional