Diego Arango* | El Nuevo Siglo
Jueves, 4 de Diciembre de 2014

Un secuestro inútil

 

Después de 14 días de permanecer secuestrado el brigadier general del Ejército, Rubén Darío Álzate, y dos acompañantes más, las Farc hicieron entrega del altísimo militar que fue abordado por guerrilleros vestidos de civil en el corregimiento de Las Mercedes en el Departamento del Chocó.

Este insensato secuestro demuestra la falta de sensibilidad política y control del Secretariado de este grupo guerrillero sobre sus frentes de combate. O bien estos no saben que se encuentran en medio de unos diálogos para un acuerdo de paz con el Gobierno, o quizá no les interesa y por lo tanto se arrogan independencia en sus acciones.

Los negociadores una vez se conocieron los hechos del secuestro dijeron que la mesa de diálogo de las Farc no tenía nada que ver con esos casos que pertenecían solo al Secretariado, pero finalmente fue desde Cuba que se logró la liberación, tan es así que el jefe guerrillero Pastor Alape viajó desde La Habana a las selvas del  Chocó para lograr la libertad de los secuestrados. Timochenko, máximo líder subversivo, declaró en un comunicado que las negociaciones para continuar deberían tener otras condiciones, dentro de ellas exigen el cese el fuego. Esto es algo que el presidente Juan Manuel Santos no acepta porque sabe que las Fuerzas Militares jamás estarían de acuerdo en aflojar la ofensiva y avance porque es la razón de ser de un aparato militar, la defensa del Estado y de todo el territorio nacional. Mientras los guerrilleros son bandas criminales revestidas de un discurso socio-político solo para delinquir, secuestrar, extorsionar, narcotráfico y, en fin, todo tipo de fechorías, pues solo buscan dinero y poder.

Es el caso de este último secuestro, inútil y peligroso, pues no dejó nada, solo crear desconfianza en el Gobierno y la opinión pública, como la internacional. Definitivamente eso no sirvió para nada. Lo mismo se podría decir del asalto a la isla de Gorgona, nada sacaba esa gente con asesinar cobardemente a soldados y acabar con el naciente turismo a ese santuario ecológico. La verdad que ese grupo de las Farc es torpe e irracional, no se entiende cómo aspiran a gobernar a Colombia, si ni siquiera aman al país ni respetan a su gente. Atacan a la población civil, destruyen la economía, acaban  con la imagen de Colombia, siembran terror, atentan contra el medio ambiente y minan la moral ciudadana. En  pocas palabras, son agentes del mal y la destrucción, nada aportan a nuestro país, pero son una triste realidad. Ocho mil bandidos que no han podido ser  controlados por 450 mil hombres de nuestras Fuerzas Militares regulares, que nos tienen amedrentados a cuarenta y siete millones de  colombianos.

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*Presidente Canal Teleamiga Internacional.