DIEGO ARANGO | El Nuevo Siglo
Jueves, 4 de Octubre de 2012

Por fin carreteras

 

Recibimos con entusiasmo y mucha esperanza el anuncio del Gobierno nacional de la adjudicación para la construcción de nuevos seis mil kilómetros de vías nacionales, la gran mayoría de ellos autopistas con todas las especificaciones técnicas de las grandes vías. El Gobierno va a invertir cuarenta billones de pesos en la construcción de una nueva malla vial para el país, los fondos saldrán del dinero de las pensiones que garantizan la disponibilidad para la contratación, de los cuales se emitirán unos nuevos bonos del Estado con excelente rentabilidad.

La fórmula es adecuada pues este dinero respalda la inversión, no significa que se gaste, sino que sirve de reserva para reunir la plata que se requiere para las inversiones en las tierras donde irán las carreteras que serán contratadas por concesiones a contratistas nacionales e internacionales.

Esta extraordinaria medida permitirá un gran avance en la infraestructura nacional, servirá para descongestionar el transporte de carga y pasajeros que es traumático en estos momentos, para impulsar la economía y más aun en la vigencia de varios Tratados de Libre Comercio. Servirá para fomentar el turismo nacional y el desarrollo de la población rural, pues con buenas carreteras la vida cambia y un país movilizado traerá progreso y mejores condiciones económicas y de vida.

Ahora el asunto está en diseñar bien, ubicar las verdaderas prioridades viales, tener certeza de cuáles son las regiones que más requieren carreteras y adjudicarlas por necesidades, no por compromisos políticos o influencias e intereses. Hay que poner el ojo en las concesiones, a quién se les otorgan; la idoneidad, experiencia, solvencia económica y moralidad de los participantes, pues no se pueden repetir los errores del pasado, adjudicando contratos para servir a intereses personales, o favorecer a avivatos como los Nule y otros que causaron un enorme mal al país. Frente a esta realidad el Gobierno debe excluir a aquellos concesionarios y contratistas corruptos que ya han quedado mal en obras pasadas, tanto nacionales como internacionales, esos que son los primeros en inscribirse y que tienen obras inconclusas y otras entregadas a medias con mala calidad.

En fin, si se quiere que esta medida funcione, el Gobierno debe ser muy prolijo en la selección y agudo en el control. Bienvenido el nuevo proyecto vial, se estaba necesitando.

www.diegoarango.com

 

*Presidente Canal Teleamiga Internacional