Economía de mujeres en tiempos de pandemia | El Nuevo Siglo
Jueves, 30 de Abril de 2020

Incluso antes de que iniciara la pandemia del Covid-19 teníamos un problema realmente preocupante con las cifras de desempleo femenino. La brecha de desempleo entre hombres y mujeres fue de 5.4 puntos porcentuales en promedio en 2019. Más preocupante aún es que para el primer trimestre de este año la brecha aumentó a 6.6 puntos.

Y esto lo digo, porque tenemos que entender de dónde estamos partiendo. Nosotros no estamos partiendo de una situación alegre en donde las mujeres y los hombres tenemos el mismo desempleo. Cuando uno pregunta por qué se da esta situación, hay muchísimas explicaciones, pero una de las razones que a mí más me llama la atención es el tema de las habilidades adquiridas por las mujeres. En qué y para qué nos estamos formando y preparando. Y vean lo importante que esto es y más aún en épocas de pandemia.

Básicamente, no hay suficientes mujeres estudiando o capacitándose en programación, en todo tipo de ingenierías. Se da uno cuenta que el tema del desempleo femenino tiende a empeorar y por qué. Porque una parte considerable de las mujeres están trabajando en servicio doméstico, como ayudantes y cocineras en la industria gastronómica, como peluqueras, manicuristas o esteticistas, todos trabajos que tienen una característica en común: que no se pueden virtualizar, no permiten el teletrabajo.

Es claro que las mujeres están más educadas que los hombres, lo que sucede es que en lo que se educan mayoritariamente tiende a no ser relevante para tener trabajos de alta calidad de acuerdo a la demanda de la nueva economía.

También se debe poner la lupa sobre la realidad de trabajadoras independientes y dueñas de mipymes. Las líneas de crédito creadas para atender la emergencia económica se han entregado mayoritariamente a empresas de hombres. Tiende a ser que los hombres tienen empresas más grandes, entonces es un sistema dinámico donde tienen mayor facilidad para acceder a créditos. Hay un reto importante para aumentar el acceso a crédito de mipymes de mujeres.

El tema de las cerca de 3.7 millones de trabajadoras independientes no es menos preocupante. En estos casos el acceso a créditos es aún más restringido. Aplicar políticas diferenciadoras, para que si un hombre y una mujer tienen la misma calificación en una convocatoria o crédito, se escoja a la mujer. Y por qué debería ser así, porque las mujeres son las más informales en nuestra economía, entonces necesitamos darles una mano para igualar condiciones.

El país se está preparando para reabrir lentamente su economía. Ya ha quedado claro que nadie podrá volver a trabajar sin aplicar las medidas de bioseguridad. Nosotros en Cali, de la mano de la Cámara de Comercio, hicimos el curso en línea de bioseguridad para que cuando puedan volver a trabajar las esteticistas, peluqueras, manicuristas, entre otras, tengas las medidas de bioseguridad que necesitan para evitar contagios. Eso se debería hacer con las mujeres que trabajan en gastronomía e infinidad de sectores. Para volver a trabajar no solo se trata de tener los insumos, sino las capacitaciones para la coyuntura que vivimos.

Por último, pero no menos importante. No hemos tenido siquiera la conversación sobre qué van a hacer las mujeres operarias que son cabeza de hogar y deben salir a trabajar y no tienen con quién dejar a sus hijos. No hay ninguna alternativa para ellas hoy. Es urgente tener medidas económicas diferenciadas para las mujeres. Esperemos que el Gobierno lo tenga en cuenta en la política de reactivación económica.