EDMUNDO LÓPEZ GÓMEZ | El Nuevo Siglo
Viernes, 22 de Noviembre de 2013

“Para terminar la tarea de la paz…”

 

El presidente Santos decidió aspirar a la reelección. La motivación que sirvió de fundamento a su  determinación fue la de “terminar la tarea de la paz “,  frente a la otra opción que ha planteado el expresidente Uribe, quien   se opone a que la paz pueda darse  dentro de los parámetros de la agenda de La Habana, pues preferiría que se sellara después de que los rebeldes sean derrotados; resultado que, sin embargo, no ha podido realizarse  en 50 años de existencia de nuestro conflicto interno.  De ahí que el camino de la negociación sea el único políticamente viable, tal como lo ha entendido el presidente Santos.

Con todo, para “terminar la tarea de la paz”, se requieren rectificaciones que  aprestigien  el  proceso, hoy sometido a cuestionamientos serios por hechos de guerra sucia que le restan la credibilidad que debe rodearlo. En este sentido recabamos en la urgencia de pactar un “acuerdo mínimo” de respeto a las reglas del Derecho Internacional Humanitario, por las partes en conflicto, y no por solo una  de ellas.  ¿Se podrá esperar una rectificación, en el sentido planteado? Porque, de no prosperar ese “acuerdo mínimo humanitario “,  los riesgos de fracaso del proceso de paz serán inevitables.

También, para “ terminar la tarea de la paz “, será necesario que se atiendan los reclamos que han llevado a tantos colombianos del sector agrario a protestar con paros o marchas que han puesto en evidencia los términos de injusticia social con que son tratados; protestas que pueden extenderse al sector de los trabajadores urbanos, por inconvenientes medidas de orden social que se han adoptado  bajo los auspicios de los ministerios de Hacienda, Salud y Trabajo y con las cuales se han afectado a miles de servidores  públicos, como lo han denunciado las organizaciones sindicales que los representan y  que se oponen -con toda razón-, a que derechos sociales  debidamente adquiridos, les  sean vulnerados. 

A propósito: ¿no se crea un ambiente de inestabilidad -contraria a intereses de la paz-, cuando se  toleran o  se fomentan tal clase de violaciones? De lo cual deberá  tomar nota el Presidente que desea seguir en el poder “para terminar la tarea de la paz”, porque este propósito, con las políticas regresivas atribuidas a sus agentes,  quedaría desvirtuado.

En síntesis: creemos en un proceso de paz acompañado de un acuerdo  humanitario que rija las hostilidades de las partes enfrentadas. También,   para que se pueda “terminar  la tarea de la paz”,  las políticas de seguridad social del Gobierno deben reorientarse bajo otros parámetros que afiancen la seguridad jurídica y social de los colombianos y no solamente la seguridad que se deriva del silenciamiento de los fusiles de los protagonistas de la guerra.

De cumplirse esos mínimos éticos votaremos por la reelección del presidente  Santos. 

edmundolopezg@hotmail.com