EDMUNDO LÓPEZ GÓMEZ | El Nuevo Siglo
Jueves, 22 de Mayo de 2014

¡Silencio imperdonable!

 

No participamos del alborozo expresado en los medios, con ocasión de la decisión de las Farc de cesar el fuego por sólo pocos días, en cuanto la determinación parece inspirada en un interés electoral de vigencia efímera y no en un propósito de mayor entidad ética y política, como hubiera sido el anuncio, por las partes en conflicto, de celebrar un acuerdo de aplicación inmediata, en el sentido de no cometer, durante las negociaciones y hasta su culminación, actos de lesa humanidad o hechos prohibidos de guerra, definidos como tales en los Convenios de Ginebra y en el Tratado de Roma.

La incapacidad de los negociadores para llegar al acuerdo de humanizar la guerra mientras se pacta la paz, debió merecer, en cambio, cuestionamiento colectivo, comenzando por los voceros de los medios de comunicación que  tenían el deber de orientar de mejor manera la opinión pública y no magnificar impropiamente, como lo hicieron, la decisión del cese el fuego sólo por una semana decretado por las Farc y el Eln, pues, quedó  sobreentendido que un día después de las elecciones presidenciales, esos grupos alzados en armas podrían volver sobre las andadas, esto es, seguir cometiendo toda clase de hechos de guerra prohibidos y, sin que a pesar de tales ocurrencias, puedan suspenderse las negociaciones. Porque así se pactó entre los actores del conflicto, cuando lo conducente habría sido incorporar las reglas del DIH desde el principio y para que rigieran, concretamente, el proceso de paz que se abrió en La Habana.

Hemos de recordar que en esta columna emplazamos a los candidatos  presidenciales para que se pronunciaran sobre la pertinencia del celebrar ese  acuerdo mínimo humanitario en La Habana, pero lejos de adquirir algún compromiso en tal sentido, guardaron silencio imperdonable, incluso la candidata de la izquierda democrática, Clara López, en sus muy lúcidos discursos. ¡Y qué decir de los partidos políticos, los cuales tampoco plantearon,  como exigencia a sus candidatos presidenciales, incorporar en su bitácora  de campaña, la humanización  del conflicto! ¿De tan grave  miopía padecen nuestros partidos políticos? 

Omisiones de esa índole, desconciertan, y acaso justifican, según las encuestas, la indiferencia de un 33% de los electores, y, también, el crecimiento de la intención del voto  en blanco, como expresión de protesta legítima de los ciudadanos convocados a las urnas el  próximo 25 de mayo.

En nuestra opinión, resultaba  imperativo aprestigiar ante el pueblo, desde su inicio, el proceso de paz. Ese ejercicio, no se hizo, cuando era -y sigue siendo necesario-, rodearlo de respeto y credibilidad.

PD. Quien, en la segunda vuelta, asuma el compromiso de humanizar nuestro conflicto mientras se pacta la paz, podrá inclinar en su favor la voluntad de  indecisos, o de quienes estamos dispuestos a votar en blanco, de persistir la insensatez de continuar las negociaciones simultáneamente con una abominable guerra sucia que, lejos  de repudiarse, se tolera en La Habana.

edmundolopezg@hotmail.com