EDMUNDO LÓPEZ GÓMEZ | El Nuevo Siglo
Viernes, 2 de Noviembre de 2012

Carta pública a “Timochenko”

 

“Cayeron asesinados con ráfagas de fusil y explosivos seis policías adscritos a la Dirección de Tránsito y Transporte, cuando cumplían sus funciones de control  en la llamada vía Panamericana“ informó EL Nuevo  Siglo,  en su  edición del pasado martes.

Dos semanas antes, usted, “Timochenko“, había propuesto un tratado para la regularización de la guerra, en una de cuyas cláusulas se incluía la prohibición del uso de explosivos como arma de exterminio. Condicionaba la firma del tratado, sin embargo, al evento de que el proceso de paz que se instaló en Oslo y que continuará en La Habana, llegare a fracasar. 

Pensamos, seriamente,  que para  crearle ambiente a su propuesta, con ejemplos de comportamiento que generaran confianza, las fuerzas bajo su mando se abstendrían, en el entretanto, esto es, dentro del tiempo de negociaciones, de cometer hechos prohibidos de guerra como  los que usted alcanzó a enumerar, constitutivos todos de lo que se califica como “guerra sucia“. No fue así, sin embargo, porque a las fuerzas bajo su mando se les atribuye el asesinato de los policías que no estaban en misión de guerra, según versión del Ministro de Defensa.

Hechos de esa naturaleza, Timochenko, son torpedos contra el proceso de paz.

El episodio que censuramos, debe servir, sin embargo,  para llevar a la mesa de negociaciones de La Habana, el tema del cumplimiento de las reglas del DIH.  Porque no haberlo colocado como premisa del proceso de paz que se acordó, fue error imperdonable. As no se haya pactado el cese el fuego, era imperativo que las partes se comprometieran, ante Colombia y ante el mundo,  a que el respeto al DIH regiría, a plenitud, durante el tiempo de negociaciones. Acaso se habría  evitado el asesinato de policías de tránsito en el Cauca con la utilización de explosivos, como  desgraciadamente ocurrió.

El doctor Humberto de la Calle, quien encabeza la comisión de paz a nombre del Gobierno, está obligado a llevar el tema a la mesa  de negociaciones de La Habana, y es de esperar que usted, Timochenko,  a su vez, acepte e instruya a sus plenipotenciarios para que se coloque el respeto al DIH, como exigencia,  para proseguir los diálogos de paz.

Las negociaciones, sin ese pronunciamiento, carecen de seriedad. Sería tolerar que se sigan cometiendo hechos atroces de guerra. Y suena a leguleyada sostener que los cinco puntos acordados -como hoja de ruta-, no admiten  revisión alguna para incluir, por ejemplo, la  cláusula de humanizar la guerra mientras llega la paz.

He sido un viejo abanderado de esa  causa. Por ello, la regularización de la guerra debe regir desde ya, y no solamente en caso de fracasar las negociaciones, aunque esta previsión debe también quedar establecida. Yo mismo la propuse, Timochenko, en  documento que elaboré como representante del liberalismo en la Comisión de Convivencia Democrática de Usaquén en el año de 1988 y la llevé a consideración de la Convención de mi partido, ese mismo año. Antecedentes hay, entonces, que abonan la  propuesta.

Nuestro conflicto armado, ciertamente, debe someterse a reglas, pero las Farc, deben ser consecuentes con lo que usted  predica, comandante Timochenko.

edmundolopezg@hotmail.com