EDMUNDO LÓPEZ GÓMEZ | El Nuevo Siglo
Viernes, 21 de Junio de 2013

Reunión liberal en Cartagena

 

El director del Partido, doctor Simón Gaviria, citó  en Cartagena a la dirigencia liberal de los departamentos de la región Caribe para dialogar, mañana, sobre el futuro de nuestra colectividad y  también para hacer el reconocimiento que merecen destacados afiliados suyos por sus servicios prestados a la causa liberal, a través de su vida.

Me parece que el encuentro propiciado por la DLN tiene especial importancia, pues será interesante escuchar a los voceros liberales de nuestro litoral Caribe en un encuentro donde es necesario revelar verdades que no han salido a la superficie de la realidad, ya por falta de coraje  para plantearlas o por temor mediático de ser tachados como apátridas quienes así se manifiesten.

Permitir que el sentimiento de inconformidad -que es patente en el pueblo de los siete departamentos caribeños- se mantenga oculto, sí que sería, en cambio, una posición contraria a los intereses de la unidad nacional, entendida ésta como un sentimiento compartido de los  colombianos en todas y cada una de las regiones que  integran nuestro país;  sentimiento común y solidario que, en verdad, solo se genera cuando la planeación y la ejecución del desarrollo económico y social es armónica, dentro de los parámetros de la equidad, pues en el escenario del tratamiento desigual se crean condiciones de perturbación, las cuales, las más de las veces,  encuentran salidas no institucionales, como ha ocurrido en nuestra historia política.

 Los partidos tienen la responsabilidad de advertir esos riesgos que atentan contra la unidad nacional, en cuanto ésta  no puede concebirse como un producto electoral,  sino como producto de un tratamiento regional igualitario por parte del Estado. Bajo  el centralismo, ese tratamiento igualitario no ha existido  y es tan protuberante que no exige demostración, pues se trata de “una verdad objetiva”, dentro del pensamiento filosófico de Herbert Marcuse. Lejos de ello, la desigualdad se ha acrecentado, y por la experiencia negativa acumulada, se impone revisar ese modelo político y de contera, también, por supuesto,  el modelo económico, el  cual  ha permitido la  disposición injusta de los recursos del Estado por parte de las elites gobernantes.

Yo resumiría el planteamiento en el sentido de que los partidos -canales de expresión democrática  insustituibles-, deben ponerse al servicio de la verdadera unidad nacional, pues esta solo existe en nuestra Constitución, como enunciado y no, como realidad viviente. Dentro del más respetuoso punto de vista, los partidos están emplazados a cumplir con esa misión esencial.

Buena oportunidad, entonces, la que tiene el Partido Liberal Colombiano para ventilar asuntos de esa trascendencia en la reunión de Cartagena -propiciada por su director,  doctor Simón Gaviria, y entre otras buenas razones, y para que desaparezca la idea ya asentada en el imaginario colectivo de que, por estas calendas, los partidos políticos colombianos se han convertido sólo en bancos de avales, de cara a las elecciones de sus gobernantes y legisladores.

edmundolopezg@hotmail.com