EDUARDO VARGAS MONTENEGRO | El Nuevo Siglo
Domingo, 24 de Noviembre de 2013

Gozo y balance

 

En  algún momento de la historia de la humanidad, y de nuestras historias individuales, se nos empezó a vender la idea de ser felices, a mi modo de ver una distorsión existencial que entorpece nuestro proceso de aprendizaje vital.  El problema fue que compramos esa idea, y ahora andamos por el mundo persiguiendo algo que no hay necesidad de perseguir. Se nos vende la felicidad en gaseosas, marcas, automóviles, educación, viajes, pareja, familia… Y como la felicidad es impermanente, va y viene, cuando viene creemos tocar el cielo a dos manos y cuando se va incluso llegamos a pensar que Dios se olvidó de nosotros, aunque sea por un ratico. Sí, querer comprar la felicidad y que esta se quede por siempre y para siempre no tiene sentido. Pero la seguimos comprando, porque quienes la ofrecen saben que ahí está el negocio, en la renovación del producto, que en algún momento se acaba.

También se nos ha vendido la idea de tener una vida equilibrada, tanto que a quienes se les ha diagnosticado -acertada o equivocadamente- algún trastorno mental se les suele llamar desequilibrados, como si el equilibrio en la vida fuese posible. Un cuerpo en equilibrio es un cuerpo muerto, como lo atestiguan las líneas y sonidos continuos en los equipos médicos que monitorean la salud de una persona enferma. Mientras estamos con vida, todo sube y baja. Pero seguimos comprando el equilibrio, sin darnos el permiso de experimentar plenamente las bajadas tanto como las subidas. Felicidad y equilibrio son palabras vendedoras, que muchas veces compramos compulsivamente, sin darnos cuenta de que en realidad por ahí no es.

Creo que sí es por el gozo y el balance, no como búsquedas expectantes sino como vivencias posibles en el aquí y el ahora. El gozo es un estado en el que estamos en conexión plena con lo que vivimos, agradeciendo por todo lo que ocurre y reconociendo en ello oportunidades para crecer cada día. Balance es el movimiento vital en el que nos mecemos, esa danza que cada quien baila a su propio ritmo. Gozo y balance son opciones de vida, por las que podemos optar en este instante.

 

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Gratitud

 

Hace diez años esta Casa Editorial me abrió sus puertas. Empecé escribiendo sobre temas sociales y políticos, que me han interesado sobremanera y con los que me sentía cómodo. En ese ejercicio de llenar la hoja en blanco me he ido descubriendo, aprendiendo de mí mismo, transformándome, al tiempo que la columna también lo ha hecho. Gracias a El Nuevo Siglo, sus directores en esta última década, sus colaboradores y lectores por darme la oportunidad de este espacio de reflexión y aprendizajes, hacia la esencia. Sigamos transformándonos.

@edoxvargas