EDUARDO VARGAS MONTENEGRO | El Nuevo Siglo
Domingo, 29 de Diciembre de 2013

Soltar las cargas

 

En estricto sentido, el fin de año es una fecha arbitraria, que si bien puede coincidir con la luz renovada y renovadora del hemisferio norte y consecuentemente con un tiempo de renacer, no empataría mucho con el hemisferio sur, que anda en pleno verano, vacaciones, fiesta. El año podría finalizar en cualquier momento pero, por convencionalismos eurocéntricos instaurados hace siglos y que hemos validado culturalmente, lo cerraremos pasado mañana.  De hecho otros calendarios, como el hebreo, el chino y el musulmán, cierran el año en otras lunas y otros soles. Lo cierto es que cada día unas cosas terminan mientras otras comienzan: es lo que caracteriza a la vida.

Entonces, pues ya que pasado mañana es año viejo, aprovechemos para dejar atrás todo aquello que no necesitamos y renovarnos, no porque el 31 de diciembre sea la última y única oportunidad para hacerlo, sino porque hay una energía colectiva que nos puede ayudar -y bastante- en el propósito de refrescar la existencia y sentirnos nuevos, en lo personal, lo familiar y lo colectivo.  

Anclas hay de muchos tipos; me voy a centrar en las emocionales, para no dejar nada abierto que nos siga obstaculizando el camino. Así que le propongo hacer una lista que incluya culpas, rabias y sufrimientos. ¿Por qué esas emociones? Porque son las que más nos impiden crecer y fluir con la vida. Así que con el pretexto de cambio de año, podemos dejarlas ir y remplazarlas por acciones, pensamientos y sentimientos que sean propositivos. Dado que la culpa nos paraliza es necesario soltar la parálisis y ponernos en acción responsable. ¿Qué requerimos hacer para restaurar aquello por lo cual nos sentimos culpables? Las respuestas nos darán un norte de acción para el nuevo tiempo. 

¿Qué necesitamos perdonar y perdonarnos? No tiene mucho sentido seguir con rabias por hechos que ya ocurrieron y no podemos cambiar. Lo que sí podemos hacer es verlos distinto, desde la mirada compasiva de reconocernos a nosotros mismos y reconocer en los otros aprendices que se equivocan, y que pueden enmendar el error. Esa enmienda de errores es lo que nos permitirá avanzar en el tiempo por venir. También es momento para dejar de sufrir. Sí, hay experiencias que nos causan dolor, el cual es necesario vivir y atravesar, pero no dejar que escale para convertirse en sufrimiento. Soltar el sufrimiento es optar conscientemente por hacer los duelos pendientes y agradecer el presente.

Si elegimos soltar culpas, rabias y sufrimientos, no solo en año viejo sino cada día, estaremos construyendo presentes más sanos, que nos darán la posibilidad de andar armónicamente con el flujo de la vida. Le deseo un nuevo tiempo, libre de cargas. Feliz Año Nuevo.

@edoxvargas