EDUARDO VARGAS MONTENEGRO | El Nuevo Siglo
Domingo, 28 de Octubre de 2012

Revelaciones

 

Estamos  acostumbrados a que se revelen escándalos, ollas podridas, actos de corrupción, inherentes a la condición humana en todas las latitudes. Claro, es importante que ello ocurra, pues nos damos cuenta de cómo es una porción de la realidad que nos corresponde vivir, la que nos da un contexto amplio de cómo es una sociedad o un país. Pero también la vida está llena de otro tipo de revelaciones, menos publicitadas, privadas, que ocurren en la esfera de lo íntimo.

Sucede que la vida se va revelando.  A medida que vamos avanzando a través de los diferentes ciclos vitales, se nos va permitiendo tener acceso a más información sobre nosotros mismos, se nos va ampliando la comprensión de lo que nos ha ocurrido y asimismo se nos va aclarando el sentido del presente.

Esas son las revelaciones que todo ser humano necesita para ir descifrando la existencia, llena de misterios, de preguntas, de inquietudes, que se van resolviendo con el paso del tiempo, como también con la acumulación de experiencias. Cada día tenemos revelaciones, claves de vida, pero no siempre nos damos cuenta de su aparición: las revelaciones se dan muchas veces de manera silenciosa, en lo inexplicable de una intuición sobre un hecho determinado, en un momento de sosiego o en uno de intranquilidad. En un plan frustrado o en una sorpresa maravillosa, no prevista en ningún momento. En una enfermedad o un accidente.

¿Qué se requiere para darnos cuenta de esas revelaciones? Que estemos en un camino de conexión con nosotros mismos. Me parece importante resaltar la idea de camino, pues ningún ser humano es un producto terminado: todos estamos en proceso de aprendizaje, nos estamos construyendo a partir de errores y caídas, aciertos y levantadas. Si somos conscientes de ese camino de aprendizaje, estaremos cada vez más en capacidad de reconocer esas revelaciones de la vida, que nos permitirán identificar por dónde sigue la ruta. 

La vida se va revelando, se va haciendo menos misteriosa en medio de la incertidumbre cuando la vamos viviendo paso a paso, con consciencia del aquí y del ahora. Las revelaciones ocurren en presente, instantes de sabiduría interior que nos ayudan a vernos con más claridad. Seguramente usted podrá recordar mientras lee estas líneas algunas revelaciones que han sido fundamentales en su vida, o reconocer que aunque la revelación se dio usted no la comprendió. Todo eso es parte de la experiencia. Pero como la vida no se queda con nada, lo que se nos ha pasado se nos vuelve a revelar más adelante, hasta que seamos capaces de comprenderlo; la vida es sabia, generosa y amorosa. La sabiduría la lleva cada quien en su interior, basta pedir para que se revele.