En medio de tantas cosas que pasan en un país convulsionado y con estanflación más una grieta económica que tiene con gripa a los Estados Unidos, salió una noticia entre curiosa y sorprendente. Siete jugadores serán juzgados por la justicia brasileña tras una denuncia contra 16 investigados por el arreglo de resultados a través de apuestas deportivas en al menos 13 partidos de primera y segunda división.
Las apuestas deportivas primero fueron un salvavidas para muchas ligas de fútbol y ahora se están convirtiendo en la peor amenaza que enfrenta no sólo la industria del fútbol, sino el deporte en general. Hace poco se conoció El Reporte Global de Corrupción del Deporte realizado por la ONU. De acuerdo con este documento, las apuestas ilegales mueven al año 340.000 millones de dólares.
La cifra es escalofriante. El reporte de la ONU es muy específico en que los foros públicos, clandestinos, redes sociales y las plataformas de mensajería "están desempeñando un papel importante en la globalización de las actividades ilícitas, incluida la manipulación de la competencia y las apuestas ilegales”.
Quizá la plataforma donde más se gestan grupos para ‘organizar’ apuestas es Telegram. La investigación en Brasil mostró cómo funciona el entuerto. Gente cercana a jugadores de fútbol ofrece buenas cantidades de dinero para que se hagan sacar una tarjeta amarilla o para que logren una cantidad de faltas por tiempo.
El asunto es tan sofisticado actualmente que las apuestas ilegales no van por los resultados de los partidos, al menos eso muestran las investigaciones, sino que se enfocan en detalles del juego como las tarjetas o los tiros de esquina. El tema es tan complejo que en Brasil y Argentina se han conocido casos dramáticos en los que jugadores de categorías más amateurs hacen parte de las redes. Y todo se mueve por Telegram.
Además, se dio a conocer un estudio llamado "Betting Corruption and Match-Fixing 2022" que dejó más cifras preocupantes. En 2022, según el diagnóstico, se presentaron 1,212 casos sospechosos en 92 países y doce diferentes deportes. El mismo documento asegura que, en 2021 cada día se presentaban 2.4 casos; en 2022, las alertas crecieron a 3.3 casos por día.
El problema es gigante. Ahora, hasta salen publicidades en redes sociales prometiendo grandes cantidades de plata en “partidos arreglados”. Ya es algo público. Una absoluta locura, que en muchos casos es un timo que busca robar información.
Las apuestas digitales en el deporte son la definición del elefante que nadie quiere ver en la habitación. En Brasil, la justicia decidió ir de frente contra estas organizaciones. Pero se necesita conocimiento y voluntad política. Mientras tanto, en otras latitudes hasta los torneos se llaman como las casas de apuestas. Una absoluta locura.