El despelote | El Nuevo Siglo
Martes, 15 de Octubre de 2024

Porque el Consejo Nacional Electoral abrió formalmente una investigación referente a la superación de topes permitidos en la campaña presidencial del 2022, elevando pliego de cargos a los responsables, el presidente Petro considera que se trata de un inicio de golpe de Estado, invita a movilización general y auspicia el despelote.

En este pobre país el debilitamiento institucional es grande, el orden jerárquico se perdió, la autoridad también, la controversia no versa sobre capitalismo o comunismo, ni reside en cuestiones ideológicas, el denominado Pacto Histórico constituye un desacertado acuerdo no solamente contra la historia sino por fuera de la lógica y del sentido común.

En un mundo recalentado las consignas para que la empresa de petróleos se dedique a acabar con la exploración y explotación de petróleo, gas y carbón, sin que a nivel planetario exista certidumbre respecto del cambio energético, el desarrollo de diálogos de paz con los enemigos de la misma y la delincuencia, la decisión de que la policía actúe lo mínimo posible frente a los desmanes, son expresiones de un gobierno que en contra de la realidad actúa contra sí mismo, se encierra en cavilaciones incomprensibles y rompe cualquier esquema de ordenamiento social, mientras la vida peligra, el costo de la misma aumenta, con reformas inadecuadas la salud  disminuye, el costo de los artículos de la canasta familiar crece, la inseguridad se siente y la improvisación golpea a la sociedad en todos sus estratos con afectación principal de los bajos, bajo la angustia colectiva del racionamiento del agua, la luz y los combustibles, a corto plazo.

El presidente no puede pretender convertirse en mártir cada vez que otras ramas del poder público u organismos adoptan legitimas decisiones y menos incrementar el despelote. Algunos de sus funcionarios a veces expresan racionamientos coherentes acerca de la caótica situación actual, puesto que el mandatario no escucha a los gremios, ni a los rectores universitarios, ni a congresistas de la oposición, ni a comentaristas de los medios de expresión, valdría la pena que tuviese en cuenta la opinión de colaboradores preocupados por la dimensión de las dificultades, convencidos de que vamos por mal camino a ciencia y paciencia.

Ni las Naciones Unidas, ni el Papa, ni la Corte Interamericana de Justicia, ni la Organización de Estados Americanos pueden resolverle su incapacidad para administrar. Compleja la ejecución de un presupuesto deficitario aprobado por decreto en el 2025 y erróneo opinar  sobre lo divino y lo humano en referencia a los graves conflictos internacionales actuales con visión sesgada sin condenar las acciones terroristas contra el género humano, así compartamos sus expresiones de pesar por el encajonamiento en el cual se encuentra el pueblo palestino, desafortunada su participación en la legitimación del fraude electoral en Venezuela que no se limita  a un reconteo de actas y enorme la desaprobación a sus comentarios contra Estados  amigos de Colombia.

La anarquía no sirve y menos al gobierno que prometió ser del cambio, todavía caben el sentido común y la lógica.