El transporte aéreo es una industria muy seria que continúa consolidándose como un factor fundamental de crecimiento económico, motor de desarrollo y fortalecimiento del turismo en el país. Esto no ha cambiado desde el final de la segunda guerra mundial.
En Colombia, durante el primer semestre del 2022 se transportaron 22.683.175 pasajeros domésticamente y 6.834.488 internacionalmente.
Esto significa que el transporte aéreo ha crecido un 101.8 % es decir más del doble si se compara con el mismo periodo del 2021.
Sin duda genera empleo, prosperidad y riqueza. También ha servido como elemento democratizador del transporte aéreo con la entrada en Colombia de aerolíneas de bajo y ultra bajo costo que han permitido a todos acceder a los beneficios de poder transportarse a precios razonables a una velocidad mucho mayor que cualquier otro modo de transporte.
La aeronáutica civil como actividad, es decir como el conjunto de actividades vinculadas al empleo de aeronaves civiles, es considerada por la ley de utilidad pública.
La ley también reconoce a la Aerocivil como la única autoridad aeronáutica y su misión es ser un faro para la industria del transporte aéreo.
Y en consecuencia requiere de una cabeza que lidere el sector. Entienda las necesidades del negocio y sea más que un obstáculo un socio estratégico.
Los beneficios para la industria de tener un líder en la autoridad aeronáutica que conozca el sector son invaluables.
No hay que confundir esto con amiguismos o que la industria quiera que la Aerocivil sea dirigida por alguien que les ayude en todo lo que requieran. No.
Pero sí se necesita de un líder que por ejemplo ayude a que todas las regulaciones que se emitan en Colombia estén en línea con el concepto de regulación inteligente establecido por la IATA. Y que se preocupe porque cualquier regulación relacionada con el sector pase por la autoridad aeronáutica. No es inteligente tener varias entidades regulando el sector aéreo, muchas veces buscando únicamente protagonismo mediático, pues las aerolíneas son el vehículo perfecto para el protagonismo pues las aerolíneas y los aviones sigue siendo espectaculares.
La industria necesita un líder que entienda y solucione inmediatamente el problema de slots (franjas de operación) en el aeropuerto de Bogotá. Un problema que se convirtió en el peor enemigo del crecimiento del transporte aéreo en Colombia.
Ahora más que nunca se necesita de una autoridad aeronáutica robusta que evite cualquier actividad monopolística en el transporte aéreo.
También que intervenga para que los derechos del consumidor de servicios de transporte aéreo no se vuelvan el terror para las aerolíneas.
Y llegue el momento en que se vayan pues financieramente no están para pagar las cuantiosas sanciones que impone SuperTransporte.
Una entidad que usurpa las funciones de la autoridad aeronáutica y que carece de experticia. No entiende que la industria aérea se rige principalmente por los principios de internacionalidad y uniformidad regulatoria.
Por todo lo anterior la Aerocivil no puede ser el pago para ningún partido político y mucho menos cumplir los deseos de decrecimiento de sus sindicatos.
@juanfelipereyes@hotmail.com