La red social X (antes Twitter) implementó un cambio muy doloroso para los medios de comunicación. Cuando un usuario comparte un link de una nota sólo se verá una foto, pero no tendrá ningún texto de apoyo. Una nueva afrenta contra los creadores de contenido.
Ahora, las publicaciones como una imagen, que incluye la noticia, y sobre la foto únicamente el nombre de la página web. ¿Qué es lo que pasa? Resulta difícil distinguir los mensajes que llevan enlace de los que son simplemente una imagen. ¿Cuál es el objetivo de X? Que el usuario nunca salga de la plataforma.
La guerra entre los medios masivos de comunicación y las redes sociales tiene como ganador absoluto a las redes. Sólo un dato: mientras que, en enero de 2021, el tráfico que generaba Facebook para medios alcanzaba los 120 millones clics, para 2023 esta cifra se redujo a 21 millones. Twitter pasó de los 60 millones de clics en 2021 a 22 millones en 2023.
El tema de fondo tiene que ver con algunos puntos clave: la producción y distribución de contenidos, la monetización y sobre todo la atención de los usuarios. Que es al final el corazón de internet, al menos de este internet que se está configurando.
Vivimos en una era en la que todos producimos contenidos, fotos, videos, textos, audios, piruetas con gatos y perros, hasta retos suicidas. Esos contenidos prácticamente se los regalamos a las plataformas monopólicas como Facebook y Google a cambio de endorfina traducida en algunos Likes y comentarios.
Sin embargo, los grandes productores de contenidos (los medios, por ejemplo) cometieron el error histórico de considerarse a sí mismos un usuario normal. Un yerro que les está costando su propia supervivencia.
Los creadores de contenido (me incluyo) en particular y los medios de comunicación de todo el mundo en general cometieron -cometimos- un error histórico: regalaron el contenido a las redes sociales y los buscadores. ¡Les regalamos nuestro producto a los Google y Facebook desde hace 20 años!
Y en vez de invertir recursos en buscar vehículos para distribuir el contenido sin intermediarios, todos se acomodaron a lo que iban pidiendo los gigantes con sus cambios de algoritmo y sus cambios de modelos.
El problema es que, como dicen los jóvenes, de eso no se vuelve. El problema es que los Facebook y Google son dragones monopólicos. Controlan todo. Y nadie, ningún creador de contenido dio con el chiste de la distribución del contenido. Es como si el repartidor del periódico se quedará con todo el producido del negocio de medios. Un error fatal.
Hay una seguridad: los usuarios tendrán siempre la necesidad de informarse o consumir contenidos. Y, mientras haya demanda habrá negocio. Facebook, WhatsApp o Google, es cierto, son donde está la gente actualmente, la masa. Pero ¿cuántos usuarios realmente están interesados en pasar varios minutos en el medio?