Hoy, en jornada que esperamos tranquila, rendimos homenaje a los mártires de Chicago de 1889 cuando hubo movilización obrera para exigir la jornada de ocho horas. Es día festivo oficial en numerosos países, los sindicalistas ondean banderas, los trabajadores a lo largo del siglo XX obtuvieron reivindicaciones, las mujeres adquirieron derechos, ocupan puesto en la legislación laboral los sistemas pensionales, de cesantías, prestaciones médicas, indemnización por despido. Hasta el Papa Pío XII decidió en 1954 declarar el primero de mayo la festividad de San José Obrero y Portugal comenzó a celebrar el “Día internacional de los Trabajadores” en 1974, al término de la “revolución de los claveles.”
En Colombia, desde 1914, irrumpió la fiesta del obrerismo. María Cano, la flor del trabajo, fue la primera mujer que lideró huelgas y participó en la fundación del partido socialista, la encarcelaron, encabezó la protesta por la masacre de las bananeras de 1928, durante el gobierno de Alfonso López Pumarejo -en 1935- se organizó la Confederación Sindical de Trabajadores (SCT), después ésta creció a nivel nacional. La historia es larga. Recordamos nombres de dirigentes, conquistas, desarrollo de programas, superación de obstáculos, solidaridad y compañerismo.
Ahora nos encontramos dentro de la cuarta revolución industrial, la ciencia crece y me pregunto ¿Cómo serán los trabajadores del futuro y de qué manera la asociación sindical funcionará? En el mundo hay actualmente cuatro mil millones de personas con empleo, mil millones más que a comienzos del siglo XXI, entre personas contratadas y quienes trabajan por cuenta propia; la tecnología avanza, robots reemplazan a seres humanos, el internet campea, pero siempre habrá empleos. A pesar de la amenaza de desaparición de puestos de trabajo, las máquinas no nos dominarán, la humanidad tiene tareas por realizar, el sindicalismo subsistirá. Su futuro se encuentra aún sin explorar, indispensable hacerlo en coordinación con instituciones de educación superior que realizan estudios al respecto. ¿De qué forma actuar frente al cambio?
Conviene preservar derechos adquiridos, proponer iniciativas, pensar en los sindicatos del mañana. No solamente las empresas tienen que prepararse para ello, el término empleador- trabajador no es igual al tradicional, se trata de que ha llegado impactante era tecnológica, de entender la utilización de energías alternativas, de configurar el enaltecimiento de la vida, corresponde involucrar a las bases en esquemas de liderazgo, en esfuerzos de integración comunitaria destinados a fortalecer valores esenciales, con el compromiso de garantizar en la relación laboral dignidad y paz, evitando el anarquismo.
En oposición a los anacrónicos desmanes protagonizados por insensatos en marchas de protesta recientes, urge cohesionar un futuro sindical actualizado, crítico, pero positivo y democrático, alejado de la violencia destructora.