Es muy prematuro calcular desde ya el impacto grande que está produciendo y va a generar en el mundo la pandemia del coronavirus. Los países están cerrando sus fronteras terrestres, marítimas y fluviales. Los vuelos internacionales se están suspendiendo, lo mismo que el servicio de trasporte es sus diferentes modalidades al interior de los países. Lo anterior significa, en forma muy clara, que el comercio mundial y nacional se está viendo severamente afectado; también el empleo, el trabajo informal, el precio del petróleo, la devaluación del dólar y PIB de todos los países del mundo. O sea, lo más probable es que vamos para una recesión mundial parecida -dicen los expertos- a la de los años 30 del siglo XX.
En Colombia el sector productivo se verá sensiblemente afectado. Por ello el Gobierno, en medio de la crisis y desestabilidad que inevitablemente generara la pandemia, se verá obligado a ajustar el Plan de Desarrollo, la meta del crecimiento económico y las prioridades de la gestión gubernamental para concentrar sus esfuerzos en la contención y mitigación de este grave problema de salud pública que no registra antecedentes en nuestro país por la intensidad con que se está viendo la propagación del virus.
Como diría la cancillera alemana Ángela Merkel, “desde la segunda guerra mundial no hemos enfrentado un desafío que dependa más de la solidaridad universal.” Por eso en estos momentos de desazón y angustia colectiva tenemos que hacer causa común para enfrentar entre todos los estragos que va a generar la pandemia, que es el mayor problema que ha afrontado gobierno alguno en Colombia y, por qué no decir, toda la sociedad colombiana.
En el momento en que escribo este artículo nos acercamos a las 22 mil muertes por causa del coronavirus en el mundo y ya se registra un acumulado de casi 460 mil casos; se han recuperado cerca de 112 mil afectados y ya se llegó a 328 mil enfermos en el mundo, con una tasa de mortalidad del 4.48%. En Colombia se registran 470 casos y cuatro muertes en los 19 días transcurridos desde que se conoció el primer reporte.
Los epidemiólogos dicen que la única medida eficaz para contener el avance del virus es el confinamiento total de la sociedad hasta que la curva de difusión se aplane. Opiniones autorizadas como la del científico Manuel Elkin Patarroyo confirman que la magnitud del déficit hospitalario y la progresión geométrica del virus es verdaderamente preocupante. Por ello el Gobierno debe ampliar la infraestructura hospitalaria con más camas de atención en cuidados intensivos e ir más adelante en las medidas que está adoptando como, por ejemplo, contemplar desde ya la posibilidad de habilitar hoteles, batallones, centros de convenciones, escuelas, colegios, entre otros establecimientos, para la demanda de atención que se ve venir.
Las medidas de alivio y apoyo a los sectores más vulnerables son positivas y en vista de la emergencia, que también se extiende a los centros carcelarios y penitenciarios, por el hacinamiento en que viven los internos, hay que acudir a la figura de la detención domiciliaria.