EL jefe del equipo negociador de las Farc en La Habana, Iván Márquez, junto con Santrich, El Paisa, Romaña y otros, le anunciaron al país en un video grabado probablemente en Venezuela o en la frontera de los dos países -según se dice- que retomaban las armas con el argumento deleznable de que el Estado está incumpliendo los acuerdos que se celebraron con esa organización.
El discurso de Márquez contiene una requisitoria sobre lo que él llama incumplimientos del Estado, comenzando por el ajuste que le introdujo la Corte Constitucional al acto legislativo que incorpora el texto del acuerdo de paz a la Constitución, a propósito del tratamiento que la jurisdicción especial de paz debía darle a los civiles, pasando por el tema de tierras y el catastro rural multipropósito.
A Iván Márquez se le olvida que Colombia es un Estado de Derecho en el que hay órganos que son independientes del gobierno y que un acuerdo político, per se, no tiene fuerza jurídica vinculante. El discurso de Márquez parece inspirado en la cartilla del chavismo, contra lo que Maduro llama oligarquía santanderista que buscó -según él- asesinar al Libertador.
Referirse a las muertes de Gaitán y Guadalupe Salcedo a estas alturas como actos del Estado colombiano para sostener que el gobierno traicionó a las Farc, es un argumento trasnochado y populistoide para justificar un alzamiento armado. Alegar que el Estado les incumplió cuando el acuerdo de paz fue negociado a la medida de sus aspiraciones, que adopta una jurisdicción de paz que no prevé medidas privativas de la libertad para los integrantes de las Farc; que no devolvieron oficialmente a los niños que venían en sus filas y que no aportaron bienes para reparar a las victimas, no puede soportarse en la necesidad del catastro multipropósito y en la falta de titulación de predios rurales para volver a las armas.
Esa es la lógica de todos los absurdos; eso no es responsable y no es creíble. Era previsible que volviera a las armas porque Iván Márquez, quien, paradójicamente, fue el jefe del equipo negociador en La Habana, hace mucho rato se había separado del proceso y más cuando se conocieron las denuncias de la vinculación de su sobrino Marlon Marín a un negocio de narcotráfico que también involucraba a Jesús Santrich.
Todo indica que Márquez y Santrich, luego de asistir a la reunión del Foro de Sao Paulo en Caracas, con la probable solicitud de extradición para el primero, encontraron que para ellos resultaba más conveniente declararse rebeldes porque le podían crear menos dificultades al gobierno de Maduro. Finalmente, anuncian estar en conversaciones con el Eln, ¿Con el fin de adelantar operaciones conjuntas? Habría que esperar. Al mismo tiempo informan que no van a volver a la práctica del secuestro y que no van a atentar contra la fuerza pública ¿La disidencia de las Farc los va a recibir de jefes? No se sabe. Más parecen un grupo de autodefensa.