Buena oportunidad nos brinda la canción “Los Guaduales”, del maestro Jorge Villamil para preguntar: ¿por qué lloran víctimas y victimarios? , respuesta: porque también tienen alma.
Ocasión propicia para hacer un símil con los excombatientes que firmaron el acuerdo de paz y que hoy tienen la oportunidad de aspirar a la Presidencia y al Congreso de la República, pero que son rechazados por la sociedad. Sus promesas no tienen credibilidad, pues aún no han demostrado sus propósitos sinceros para una verdadera reconciliación.
Estos excombatientes que rechazamos solo tienen que dar el primer paso, así como lo han hecho los excombatientes rasos, que son los que han puesto el pecho, mientras que los miembros de la cúpula han gozado de los mejores privilegios, deberían atravesar la puerta de la misericordia facilitando el perdón y el arrepentimiento.
La reconciliación no se da con reuniones o declaraciones fugaces. La única posibilidad se da asistiendo al Hotel de Campo coordinado por Diana Sofía Giraldo, Directora de la Fundación Víctimas Invisibles y por Adriana Arango. Allí secuestrados y carceleros, víctimas y victimarios, se someten al tratamiento para ser curados, durante dos días consecutivos, con la garantía de ser respetados y no juzgados.
Al terminar el tratamiento comprenderán que perdonar es vital para sanar las heridas del alma, para vivir en paz, para vivir tranquilos disfrutando de las cosas bellas que da la vida.
En el Hospital de Campo se da la posibilidad de construir un verdadero puente de reconciliación, donde cada uno recibirá las medicinas del alma inyectadas en el corazón, que traerán como resultado el renacer de la esperanza.
Ya lo decía el papa Francisco, en una de sus homilías en Roma, inscritas en la arquidiócesis de Bogotá: “Esta es la misión de la Iglesia: curar y cuidar. Algunas veces he hablado de la Iglesia como un hospital de campaña. Es verdad: ¡Cuánta gente necesita que sus heridas del corazón sean curadas, abrir las puertas, aceptar que Dios perdona todo!”.
El Cardenal Pietro Parolín, Secretario de Estado, y el Cardenal Rubén Salazar, bendijeron este Hospital de Campo con las siguientes palabras: “La construcción de la paz es un proceso complejo, que no se agota en espacios o en planes de corta duración. Hay que arriesgarse a cimentar la paz desde las víctimas y victimarios, con un compromiso para que se restaure su dignidad, se reconozca su dolor y se repare el daño sufrido.
Si deseas que Jesucristo hable a tu corazón, ten en cuenta ésta información: Nombre del Hospital de Campo: Clínica del alma/ Médico Cirujano: Jesucristo/ Grado Honorífico: Hijo de Dios/ Especialidad: Lo imposible/ Enfermedades para sanar: Todas/ Fórmula médica: La Biblia/ Obsequio: Gracia/ Oficina: en todas partes/ Médico auxiliar: Espíritu Santo/ Enfermera divina: La Virgen María/ Hospital: La iglesia/ Sala de cirugía: el altar/ Radiografía: La confesión/ Precio del tratamiento: Fe/ Ejercicios: Buenas obras y frutos/ Dieta: ayuno y oraciones/ Acuda hoy mismo: consulta gratis las 24 horas del día/ Firma: el doctor, Jesucristo.”