En la implementación está el éxito | El Nuevo Siglo
Martes, 13 de Septiembre de 2016

Con satisfacción he venido observando que el Gobierno Nacional está divulgando, en distintos medios de comunicación, el acuerdo que lograron en La Habana con los miembros negociadores de las Farc-EP y lo más importante es que además lo está haciendo con sentido pedagógico para que aquellas personas que les resulta difícil o denso entender los términos utilizados en el acuerdo tengan información y pleno conocimiento de lo pactado y así puedan votar a conciencia el plebiscito del próximo 2 de octubre. Porque lo más importante ahora es que todos los colombianos, ojalá sin excepción, votemos con conocimiento sobre lo que ha de ser la terminación del conflicto armado con las Farc. 

En los próximos días también las Farc, en un lugar de los llanos del Yarí, estarán poniendo a consideración de los comandantes de esa organización los mismos acuerdos con el fin de que sean aprobados en su X conferencia y así proceder a firmar en acto solemne los pactos que ponen fin al conflicto armado entre quien representa al pueblo colombiano, el señor presidente de la República , quien además actúa en condición de jefe de Estado, y por el jefe y comandante de las Farc-EP, representando al grupo guerrillero. 

Es un hecho sin precedentes en nuestro país ante tantos años de guerra y violencia. Viene una etapa más difícil si es aprobado el plebiscito, que es la instrumentación de los acuerdos. En la forma como se implementen está el éxito de todo lo pactado. Por otra parte, en lo que debe haber mucha claridad es que la terminación del conflicto no significa la obtención de la paz total. Es el inicio para la consecución de este objetivo. Porque la paz es con todos los colombianos. La paz es llevar hasta el último rincón de nuestra amada Colombia los servicios de salud, la educación, las nuevas economías legales a las zonas de conflicto que sean viables y, por lo tanto, sostenibles y convocar a un gran acuerdo nacional para derrotar la corrupción y la impunidad. Si lo logramos estaremos construyendo  una nueva Colombia para nuestros hijos y así sentirnos orgullosos de haber construido un nuevo porvenir. Pero también queda mucho por hacer. En el panorama de orden público nacional quedan el Eln y las bacrim, con las cuales no habrá una terminación total del conflicto armado y, por lo tanto, no se pueden descuidar las acciones a seguir. 

No puedo terminar este artículo sin resaltar la importancia que para el acuerdo de La Habana es la actitud que nos han demostrado nuestras Fuerzas Armadas, que con gran altura y decisión democrática han apoyado los acuerdos logrados. Sin la acción y el trabajo de todos sus hombre no hubiera sido posible lo logrado. Y sin el acatamiento y respaldo a los pactos no tendríamos una sólida terminación del conflicto. Ahora les corresponde continuar su labor para lograr que la inseguridad que se vive en distintas ciudades y lugares del territorio nacional se pueda controlar.