ERNESTO RODRÍGUEZ MEDINA | El Nuevo Siglo
Viernes, 29 de Julio de 2011

Peor el remedio que la enfermedad


“No se trata simplemente de repartir los pedazos de la CNTV”


DESDE  la concepción misma de la Ley 1341 de 2009 se planteó la necesidad de considerar como un todo totalizador a las Tecnologías de la Información y las Tecnologías de las Comunicaciones, entendiendo que el entorno actual exigía un manejo convergente de las TIC, pues ya era caduco el simple concepto de telecomunicaciones, que se limitaba sólo a temas de infraestructura. Pero, asimismo, se tuvo en esta ley mucho cuidado de darle un tratamiento específico a la radio, en cuanto a que era precisamente un medio donde no sólo encontrábamos elementos de infraestructura, sino, sobre todo, contenidos que requerían un especial manejo dado el alto impacto de este medio de comunicación.


Ahora, frente al reto que impone la reforma legal que debe abordar el Congreso Nacional en materia de televisión, no podemos asumir que basta con aplicar sin más consideraciones la ley de TIC y repartir los pedazos de la CNTV entre las instituciones existentes. La televisión es un medio que, no obstante los avances de la Internet, de las redes móviles y del sinnúmero de aplicaciones que encontramos hoy día para estas “nuevas pantallas”, continúa siendo el único medio que logra una alta penetración en los hogares.


Si bien las demás tecnologías permiten al ciudadano del común participar, realimentar, no ser un simple sujeto pasivo receptor de información, la televisión ha sido, es, y será por muchos años más el único medio capaz de afectar de forma positiva o negativa a muchos ciudadanos de manera simultánea frente a cualquier tema. Lo anterior hace que la televisión, a diferencia de otros servicios y otros medios, tenga unos elementos sui generis relacionados con el desarrollo de la cultura, la participación política, la inclusión y la identidad de una nación.


Una apertura desbordada de la televisión abierta y cerrada puede llevar a la debacle del sector, pues lo que menos necesitamos es que este medio quede en manos de las transnacionales de la información cuyo único afán es el lucro y el manejo de intereses empresariales.


Pretender asimismo que un ente técnico como la CRC administre intereses políticos antes que resolver los problemas de la televisión, viciará y dañará lo que bien hace para los demás servicios. Recordemos que nunca en la ley de TIC se le dieron competencias en materia de Radio por motivos similares.


Así, desde esta columna hacemos un llamado al señor Presidente, a los ministros Molano y Vargas Lleras, y al Congreso mismo, para que ante todo entiendan que no obstante eliminar el rango constitucional a la CNTV; se requiere de un ente especializado, que maneje adecuadamente la estructura de mercado de audiencia y pauta, las redes de difusión, las obligaciones de producción nacional, la financiación de la televisión pública y el necesario equilibrio de poderes en la pluralidad informativa, sin que ella se coloque en bandeja de plata a las transnacionales de medios.
ernestorodriguezmedina@gmail.com