ERNESTO RODRÍGUEZ MEDINA | El Nuevo Siglo
Sábado, 14 de Abril de 2012

Semana de pasión a la española

 

Una verdadera semana de pasión es la que ha vivido España en los últimos días por cuenta de la crispación de unos mercados alborotados por una prensa especializada, que está alertando sobre una posible intervención europea de su economía. Todo esto aupado por un Sarkozy que ha cogido los males españoles como su cantaleta electoral para meterles miedo a los franceses sobre lo que pueden hacer los socialistas si ganan las próximas elecciones y por un Primer Ministro italiano que les está echando la culpa a los ibéricos de sus cuitas financieras.

Un huidizo y vapuleado Mariano Rajoy ha tenido que dar la cara para decir que lo que pasa es que España está en el centro de una tormenta financiera, pero que él tiene claro lo que hay que hacer y que lo está haciendo bien.

Lo único cierto es que su política de recortes presupuestarios tiene descontento a todo el mundo y el pesimismo de los españoles está llegando a límites preocupantes, como han llegado también al límite los indicadores de riesgo de la deuda pública. Pero con ese telón de fondo hay que reconocer que, aunque con graves fallas en la comunicación de sus decisiones y en el comportamiento a veces errático y otras veces contradictorio de los miembros de su equipo económico, Rajoy se “está dando la pela” por la soberanía financiera española.

Lo único cierto, infortunadamente, es que no se ve una pronta solución a lo que en Madrid se ha dado por llamar “una salida social a la crisis” y que los socialistas están jugado, al parecer, a que a Rajoy le vaya mal, como en su momento él jugó con Rodríguez Zapatero. Y también es cierto que esta salida no se dará si no hay de por medio un acuerdo político de todos los partidos para lograrlo.

Las turbulencias del mercado no terminarán si no vuelve un clima de confianza y lo que se percibe es que en el continente no están creyendo las cuentas de Rajoy. El ministro de Economía ha advertido que si esas cuentas las hacen los europeos será la debacle.

En fin. El rescate presupuestario, el gran objetivo impuesto por Bruselas, se ve, por ahora, distante. Los últimos recortes en sanidad y educación han prendido todas las alarmas. “Esos recortes traerán enfermedades y atraso”, han dicho los opositores. Y no son pocos los que están convencidos de que si la cosa no mejora más pronto que tarde puede haber cambio de inquilino en La Moncloa. “¡Mariano, Mariano, no verás el verano!”, canta ya un estribillo callejero.

España está pues en una olla de presión. Si no se adoptan medidas más drásticas, como el impuesto al patrimonio y la lucha contra la evasión tributaria y, sobre todo y ante todo, se toman medidas eficaces para detener el paro -desempleo como allá se llama- los populares verán sus días contados.

ernestorodriguezmedina gmail.com