La historia nos cuenta que Manuela Beltrán fue líder en la rebelión de Los Comuneros en 1781. En la reconquista, Pablo Morillo hizo fusilar a muchas mujeres, heroínas de la independencia: Policarpa Salavarrieta, Mercedes Ábrego, Antonia Santos, Dorotea Castro y su esclava Josefa, María Josefa Lizarralde (española), Estefanía Neira de Eslava y Manuela Uscátegui, entre otras. Mujeres que dieron sus vidas por nuestra independencia con coraje y valor. Algunas como María Dolores Roche de París, quien fuera esposa del general Joaquín París, y Dolores Vargas París esposa del general Rafael Urdaneta, fueron activas en la independencia y coronaron a Bolívar luego de Boyacá; otras como Antonia Ricaurte de Osorio (sobrina de Nariño), perdieron sus bienes, fueron dejadas en la miseria y desterradas. Evangelista Tamayo se alistó en las tropas de Bolívar, luchó en Boyacá y alcanzó el rango de capitán. También lo hicieron Teresa Cornejo, Manuela Tinoco y Rosa Canelones. La historia no les ha dado a todas el sitial que merecen. Pero no nos quejemos: en las escuelas no se enseña historia y en el Congreso se ignora.
Debemos recordar a doña Berta Hernández de Ospina quien en abril de 1948, en el fragor del ataque de la turbamulta azuzada por los comunistas, dijo refiriéndose al presidente Ospina. “Más vale un presidente muerto que un presidente fugitivo”. Para grabar en piedra.
En nuestro Congreso colombiano actual aparecen varias que merecen mención (peco por omisión, no puedo citar sino a las más destacadas): Paloma Valencia, Ana Mercedes Gómez Martínez, Thania Vega de Plazas, Paola Holguín, Nidia Marcela Osorio, Viviane Morales, Sofía Gaviria y Claudia López en el Senado, sin olvidar a María Fernanda Cabal y Tatiana Cabello en la Cámara. Aunque no comparto las ideas de algunas, no puedo negar que son aguerridas luchadoras y defensoras de sus principios,
Las venezolanas merecen mención aparte, no solamente por lindas (han tenido más reinas en Miss Universo que los demás países), sino porque en la actual coyuntura han mostrado un coraje digno de admiración: María Corina Machado, que en la Asamblea Nacional fue golpeada por Diosdado Cabello; Lilian Tintori, quien denuncia todos los días al régimen opresor y torturador y Mitzy Capriles, esposa del preso político Antonio Ledesma. Y hay que añadir a Luisa Ortega, Fiscal General de Venezuela. La Fiscal era un engranaje importante en el régimen del carnicero Maduro, pero cuando el tiranuelo resolvió convocar una constituyente para aplastar definitivamente la Constitución, se le llenó la copa y resolvió denunciar el atropello. Lo ha hecho con valor y dignidad. Denunció la "ruptura del orden constitucional" cuando el Tribunal Supremo, que hoy la quiere sacar, pretendió anular el Parlamento. El régimen le ha bloqueado sus bienes y cancelado el pasaporte. Ella ha tenido que acudir a la CIDH para que la proteja. Ojalá ese organismo actúe prontamente y dicte las medidas provisionales requeridas.
Una galería femenina a la que hay que rendir nuestros respetos.
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Coda: Santos dijo, en referencia indirecta al exministro Juan Carlos Pinzón, que “los clásicos tenían razón cuando decían que la lucha por el poder, que es la política, infortunadamente saca a relucir lo peor de la condición humana". Tiene razón. No sé por qué me acuerdo de aquella sentencia evangélica: “El que esté sin pecado que tire la primera piedra”.