Aunque algunos aconsejan no seguirle el juego a la agenda mediática que impone permanentemente Gustavo Petro, hay razones válidas para advertir y controvertir su conducta agitada, frenética y conflictiva. Todo lo suyo se ha convertido en un tema de obligatoria atención, dada su influencia y el impacto de sus mensajes en la nación. Cuando la cabeza del gobierno tiene actitudes atípicas, vive en turbulencia y, sobre todo, cuestiona y ataca desmedidamente a quienes discrepan de él, tenemos que advertirlo y activar las alertas.
Existen, además, aspectos preocupantes que no podemos ignorar, como los rumores y las confirmaciones sobre el estado de salud de Petro. Aunque la discusión sobre la confidencialidad de su historia clínica, la protección de datos sensibles o la reserva absoluta del conocimiento sobre la salud del presidente de la República en Colombia es relevante, los detalles ya conocidos públicamente, incluidos los divulgados por el mismo Petro y sus más allegados, son suficientes para justificar el debate público, porque se convierten en un asunto delicado de interés nacional.
En abril de 2020, siendo aún senador, Petro informó a través de twitter que médicos cubanos le habían diagnosticado cáncer en el anillo muscular que separa el esófago del estómago, añadiendo que se sometería a una endoscopia con cirugía en Colombia. Y, escribió: “Si se confirma la existencia del cáncer, entraré a tratamiento de quimio y radioterapia”. Posteriormente, viajó a La Habana para recibir tratamiento, y según confirmó su entrañable amigo, Gustavo Bolívar, “…le practicaron una endoscopia con barrido de mucosa en la unión gastroesofágica”. Del asunto no volvieron a informar.
Más adelante, una de sus hijas mayores declaró a la revista Semana que su padre se estaba sometiendo a rigurosos exámenes de salud, de seguimiento debido al estrés acumulado por cansancio y su intensa agenda. “Mi papá está bien, solo ha tenido problemas con el colesterol”, comentó. Asimismo, su hermano, Juan Fernando Petro, reveló en un programa de televisión que el mandatario padece del llamado ‘Síndrome de Asperger’, refiriéndose al espectro autista.
A todo esto se suma lo revelado por la periodista María Jimena Duzán, muy cercana a Petro, quien señaló, en noviembre de 2023, que el presidente tendría una seria adicción a las drogas, situación que ha sido muy comentada en varias instancias y oportunidades, y hasta motivo de intensos debates en el Congreso de la República. Inclusive, han propuesto que se someta a exámenes periódicos para garantizar su capacidad plena para ejercer el cargo.
Es muy preocupante también su estado de salud mental. Las constantes incoherencias en sus discursos que para algunos parecieran delirantes y, sobre todo, su actitud pendenciera y el conflicto permanente con toda persona que no piensa como él merecen atención. Debe ser motivo de alta preocupación la manera en que insulta a sus contradictores por todo. Desde su cuenta de X, Petro dispara ráfagas de trinos a todo aquel que se cruza en su camino, insultando a expresidentes, congresistas, magistrados, alcaldes, gobernadores, policías, médicos, empresarios, entre otros. Es aterrador, no tiene sosiego.
Petro no escucha, solo tiene en cuenta sus puntos de vista, nunca muestra voluntad ni interés por entender a los demás y, lo más grave, se irrita si lo contradicen o cuando alguien discrepa inclusive de sus caprichos. Últimamente, ante las investigaciones por la financiación irregular de su campaña su comportamiento se ha tornado aún más violento. Sus propuestas, así algunas sean nefastas para el país, se aprueban o se aceptan sí o sí, de lo contrario, advierte, vendría el caos, más violencia y hasta sangre; así lo ha dicho.
Es extraño y alarmante ver la incapacidad para mantener la calma a quien debería dar ejemplo de tranquilidad, de unidad nacional y de liderar la armonía entre la sociedad. Definitivamente, el asunto es delicado y no es normal; y lo correcto e ideal, por el bien del país, es que nos contaran la verdad a los colombianos para salir de la incertidumbre. ¿Está realmente enfermo Gustavo Petro?
@ernestomaciast