Al cierre del debate por la presidencia de EE.UU. Kamala Harris afirmó, respecto al aborto, sin titubear: “voy a ser la presidenta que defenderá los derechos fundamentales y que la mujer tenga derecho sobre su propio cuerpo”. De esta manera mostró ser una persona que también entró en la “ola de la posverdad”, pues la realidad dicta que un bebé en gestación (o feto) no pertenece a “su propio cuerpo” (el de la mujer), como si ocurre, por ejemplo, con un ojo o una pierna.
Aún más, sendas investigaciones han demostrado que el hombre es ya un ser humano desde el momento de su concepción, que se desarrolla con el paso del tiempo sin necesidad de elementos externos para darle forma. Por esto, no se puede comparar el proceso de desarrollo del ser humano al de fabricación, por ejemplo, de un automóvil. ¿En qué momento de la cadena de montaje hay un carro? Algunos dirán que existe desde que se reconoce su forma. Otros mirarán lo funcional sosteniendo que hay carro solo cuando se instalan el motor y las ruedas. Y también habrá quienes piensen que sólo existe el vehículo cuando circula. Pero seguramente todos coincidiremos en algo: nadie va a decir que el carro existe cuando el primer tornillo se une a la primera tuerca. En fin, a diferencia del automóvil, a los organismos vivos, como el feto, no se les forma ni se les define desde fuera. Se definen y se forman a sí mismos. La naturaleza o forma de un ser vivo está en sus genes desde el principio, y esa forma empieza a manifestarse desde el primer momento de su existencia. Los embriones no necesitan ser modelados según un tipo de ser. Ya son un tipo de ser, el principio vital (el alma) está desde el principio.
Lo cierto es que en los debates atinentes al aborto abunda la manipulación del lenguaje para evadir la realidad. Por esta razón, la muerte premeditada de seres humanos prenatales mediante el aborto trata de justificarse no solo por el “derecho sobre su propio cuerpo”, sino también por la “libertad reproductiva”, los “derechos reproductivos” o la “salud reproductiva”. Manipulaciones del lenguaje que también suelen emplearse en la ONU. Veamos.
La “libertad reproductiva”. La reproducción, es decir, la creación de un niño (ser humano/persona prenatal) concebido mediante la unión sexual, ocurre antes de producirse el aborto. Es decir, en propiedad la “libertad reproductiva” se ejerce antes de que se produzca el aborto. Al respecto, Michael Bauman, profesor en el Hillsdale College, observa: “Cuando los que están a favor del aborto tienen relaciones sexuales no forzadas, están eligiendo. Eso es libertad de elección. Cuando deciden matar al niño concebido durante ese encuentro sexual, eso es libertad de elección. Ellos eligieron; ahora quieren estar libres de las consecuencias de esa elección, incluso si alguien tiene que morir”. En otras palabras, justificar el aborto arguyendo la libertad reproductiva es una falacia.
¿Los “derechos reproductivos” justifican el aborto? Todo adulto tiene derecho a reproducirse a través de relaciones sexuales consentidas si es biológicamente capaz y, preferiblemente si está casado. Esto último por el bien de los niños. Pero, nuevamente una falacia: la reproducción ocurre antes de que ocurra el aborto, o sea que el ejercicio del derecho a reproducirse también se realiza antes de que se produzca el aborto. Por lo tanto, justificar el aborto mediante los “derechos reproductivos” también es manipular el lenguaje para ocultar la realidad. Es más, junto con los “derechos reproductivos” vienen las responsabilidades reproductivas. Los padres tienen deberes para con sus hijos. El primero es cuidarlos, no matarlos. Otros deberes incluyen la provisión de alimentos, ropa, educación y mucho amor.
Respecto a la “salud reproductiva” para justificar el aborto, la Dra. Kendra Kolb, neonatóloga, afirma lo siguiente: “No hay ninguna razón médica por la que la vida del niño deba terminarse directa e intencionalmente con un procedimiento de aborto”. Y añade: “Sí, los tratamientos para los embarazos ectópicos ocurren, pero no son abortos per se, si usamos el lenguaje con precisión. Sí, los tratamientos para las enfermedades cardíacas o el cáncer pueden implicar partos prematuros que podrían resultar en la muerte de un niño, pero no son abortos per se, si usamos el lenguaje con precisión…”. El aborto, entonces, no es atención de “salud reproductiva”.
Afortunadamente y gracias a la bancada provida, con la radicación del proyecto de Acto Legislativo 011 de 2024 Senado, que busca precisar el alcance del Artículo 11 de la Constitución, para defender la vida desde la concepción, el Congreso tiene la oportunidad de llevar al país a retomar un camino de verdadero desarrollo humano.
@CarlosAlfonsoVR