Falso Alzheimer | El Nuevo Siglo
Martes, 4 de Junio de 2024

Una guerra compleja como la de Israel contra Hamás puede servir para decirse muchas verdades, o mentiras -como se prefiera-, y obrar en consecuencia.

Israel puede decir que ha emprendido una guerra en toda regla y que tardará meses hasta borrar a Hamás, pero que no cejará hasta lograrlo.  

Sin embargo, muchos factores internos y externos podrían restarle aliento y quedarse a medio camino en el intento.

Asimismo, Israel puede sostener que si Hezbolá decide abrir un segundo frente de guerra, en la frontera norte, ese grupo armado organizado estaría cayendo en el peor error de su vida porque también resultará diezmado.

No obstante, muchos factores podrían conjugarse para relativizar ese propósito y Jerusalén podría terminar soslayándolo, por física saturación.

Del mismo modo, Israel puede aseverar que detrás de todo el horror que ha padecido se encuentra Irán, como verdadero responsable, porque patrocina el terrorismo antisemita y antioccidental.

Con todo, muchos factores podrían confabular para dulcificar las evidencias y, por una mezcla de tacto diplomático y militar, evitar que Tel Aviv afecte sensiblemente las capacidades ofensivas (nucleares) de Teherán.

Por supuesto, muchos pueden aspirar a que Beniamín Netanyahu honre la memoria de su hermano, Jonathan y que, por tanto, hará lo que toda potencia militar tendría que hacer en un momento crucial como este, del que depende no solo el ordenamiento estratégico en el Medio Oriente.

En definitiva, este es un mundo muy diferente al de Menahem Begin, Moshe Dayan, o Ariel Sharon.

Ellos sabían lo que tenían que hacer, y lo hicieron sin miramientos, sin titubeos y, sobre todo, sin entrar en graves conmociones humanitarias.

Es por eso que si algún problema estratégico tiene en este momento el gobierno de Israel es que caiga en lo que podría llamarse ‘Síndrome del Falso Alzheimer’. 

Se trata de una figura consistente en que, por grave congestión militar y por falta de apoyo diplomático, el jefe de un gobierno les hace creer a los ciudadanos que no es plenamente dueño de sus actos, que la confusión es absoluta y que el país se está volviendo ingobernable, así que es preferible la pasividad, el apaciguamiento, o el empate.

Por supuesto, muchos sectores no comulgarán con tal postura y alegarán que ella solo conduce a la pasividad, al quietismo y a la indefensión inducida, aquella en la que una potencia militar se declara a sí misma como víctima propiciatoria.

En definitiva, este momento esencial para el Medio Oriente definirá tanto la suerte de los involucrados en el conflicto como la interpretación histórica que la comunidad internacional haga de cada uno de ellos, es decir, de su delicada conducta estratégica.

Y lo más importante: marcará el porvenir de las alianzas y las nuevas alineaciones entre los gobiernos con marcados intereses en el área.

Enviar señales equivocadas solo conducirá a mayor persecución, destrucción, o repetición de las agresiones.

vicentetorrijos.com