“Cuanto más conozco a las personas más quiero a mi perro”
Lord Byron
Debemos entender la familia como un grupo de personas, vinculadas generalmente por lazos de parentesco, ya sean de sangre o políticos, e independientemente de su grado, que hace vida en común, ocupando normalmente la totalidad de una vivienda.
Igualmente puede considerarse como un grupo de personas, en donde se sentirá protección, amor y felicidad.
Indudablemente, toda familia contiene un elemento esencial que constituye su motor, llamado armonía, entendida como el estado de equilibrio entre los pensamientos, acciones y sentimientos, que facilita el disfrute de cada momento de la vida.
Desafortunadamente han surgido algunos “sabios” que excluyen a los seres sintientes de los seres humanos, tratándolos como “cosas”, ignorando una coexistencia armónica que facilita el bienestar social.
Por lógica debe entenderse que los seres sintientes son un complemento integral de los seres humanos, ya que ellos dan toda su existencia, su amor y ternura, lo que naturalmente fortalece la familia.
Con la armonía que proporciona un ser sintiente a los seres humanos, un niño puede sobreponerse a una crisis mental, depresión, maltrato, cuando es víctima de una violencia intrafamiliar.
Destacados penalistas, entre ellos el académico Horacio Gómez Aristizábal advierten: “surgen factores familiares que influyen sobre el aumento de la criminalidad, como son la desorganización de los hogares, que traen como consecuencia el abandono moral de los niños, que vienen a ser expuestos a todos los contagios y sugestiones en la sociedad”
No hay duda de que un ser sintiente “mascota” es el que mejor proporciona ternura a un niño, niña, joven, adulto mayor.
Se ha demostrado que la compañía de una mascota cuando su amo se encuentra hospitalizado resulta una efectiva terapia para su recuperación, ya en la mayoría de centros hospitalarios se ha otorgado la respectiva autorización.
Otros seres sintientes, denominados “caballos” han facilitado el desarrollo de las habilidades sociales y la conexión emocional, los niños con autismo establecen una relación muy especial con estos seres sintientes y con su terapeuta, lo que sin duda mejora su capacidad y armonía para establecer vínculos y relaciones con los demás, entre ellos la familia.
Mientras que el hombre arrasa la selva amazónica a causa de la explotación de petróleo y minerales, la contaminación y la deforestación para favorecer la agricultura y la ganadería, los osos perezosos propician la conservación ecológica, constituyendo la mayor proporción de biomasa del bosque húmedo tropical.
Debemos concluir, como lo ha demostrado la senadora Andrea Padilla, que los seres sintientes no pueden ser tratados como cosas, ya que ellos directa o indirectamente proporcionan al ser humano la armonía para lograr un equilibrio ambiental, corporal y espiritual.
Los seres humanos como personas se complementan perfectamente con los seres sintientes. Según el código civil “Son personas todos los individuos de la especie humana, cualquiera que sea su edad, sexo, estirpe o condición”, y los seres sintientes son seres vivos concebidos como unidad independiente de otra, constituyéndose en armonía para la vida.