Fernando Navas Talero | El Nuevo Siglo
Miércoles, 30 de Marzo de 2016

BITÁCORA DE LA COTIDIANIDAD

La confusión de las lenguas

 

 

“Oíste que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes,  a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra;” (S. Mateo 5-38).

 

 “Leyes sobre actos violentos. 24 ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.” (Éxodo 24).

 

 “Venganza de Israel contra Madian. Yahvé hablo a Moisés diciendo: Haz la venganza de los hijos de Israel contra los madianitas, después serás recogido a tu pueblo” (Capítulo 31 Números)

 

La Semana Santa estuvo plagada de episodios que recuerdan la tradición de la Humanidad que se transcribe de la Biblia. La crónica sobre la visita de Barak Obama a Cuba delata la beligerancia de los opuestos al sistema castrista y de sus seguidores, unos y otros; con algunas excepciones hay quienes aceptan la tolerancia y otros añoran una retaliación que satisfaga su instinto natural de venganza. Razón tuvo entonces el Señor cuando expresó: “Raeré de sobre la faz de la tierra los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.” (Génesis 6)

 

Al mismo tiempo, en Bruselas, los seguidores de Mohamed,  líder del Islam, irrumpen en la ciudad y a sangre y fuego sientan su testimonio de Guerra Santa: la yihad, literalmente entendida como fuerza, es el dogma de su fe, todo aquel que niegue a Alá debe ser vencido,  es esa la concepción vulgar del Islam.

 

Entre tanto, el acuerdo no acordado de suscribir un libreto de paz en Colombia, entre la insurgencia y la autoridad legítima se frustró y el fracaso alivio a los enemigos del proyecto, quienes festejaron el fiasco, al tiempo que insisten en que se ejecute  la Ley del Talión. Obviamente que la justicia que se reclama no es universal, simplemente se demanda la satisfacción del odio que anida en el corazón un pueblo que ha confundido el lenguaje del sentimiento, son las lecciones bíblicas y musulmanas expuestas desde cada uno de los púlpitos de sus apóstoles.

 

El ojo y el diente de la ley mosaica describe la división ancestral de la especie humana: quienes aman a su prójimo como a sí mismo y quienes aman a Dios sobre todas las cosas. El ojo permite ver la realidad y aceptarla con nobleza y el diente es el símbolo de la violencia. Los primitivos induamericanos exhibían un collar de dientes como símbolo de su poder, imitando a las fieras y en el mundo árabe para protegerse del mal se usa un ojo que protege de los enemigos.

 

La guerra  del país, desde su nacimiento, supone que solo la muerte del contrario traerá la paz. El asesinato de más de un centenar de líderes que empujan el acuerdo de Paz prueba que se ama al Dios de Moisés por encima de todas las cosas.