El año 2023 se inició con el desconcierto y el desencanto de los usuarios del servicio de energía, particularmente los de la región Caribe, después del fiasco que significó el publicitado Pacto por la Justicia tarifaria anunciado y propiciado por la entonces ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, en octubre del año pasado entre el Gobierno y las empresas prestadoras del servicio, como respuesta al reclamo y a las protestas por las desmesuradas alzas tarifarias.
Después de incrementos del 24% en promedio nacional y más del 40% en la región Caribe, la baja prometida en las tarifas con el tal Pacto no superó el 4%, fue un verdadero parto de los montes. Y al final, al cierre del año anterior, el alza desmesurada de las tarifas registró un 22.4%, promedio nacional y por encima del 30% en la región Caribe.
Y el alza en las tarifas no fue mayor por la aplicación de la opción tarifaria, que no las congela, sino que difiere los incrementos, convirtiéndose en una bola de nieve que crece todos los días hasta superar los $5 billones la deuda de los usuarios con las empresas, abocando a estas a un problema de flujo de caja que sigue amenazando su sostenibilidad financiera. La situación se tornó aún más grave a consecuencia de la deuda insoluta del Estado con las electrificadoras por concepto de subsidios aplicados a los estratos 1, 2 y 3 por una cuantía de $2.3 billones más.
Ello llevó a XM, que es la empresa que opera el Sistema interconectado nacional (SIN) y administra el mercado mayorista en octubre de este año a alertar sobre el riesgo de un efecto dominó que podía derivar en una falla sistémica que podría comprometer la prestación del servicio. Le tocó al nuevo Ministro Andrés Camacho salir en volandas a expedir la Resolución 40611 para evitarlo, al tiempo que se autorizó una línea de crédito de $1 billón en Findeter para solventar a dichas empresas. Cifra esta que resulta insuficiente para desactivar esta bomba de tiempo.
Las tarifas siguen al alza, empujadas en gran medida por la espiral alcista de los precios en Bolsa, estimulada sobre todo por el máximo grado de stress en que está el sistema, debido al reducido margen de maniobra entre oferta y demanda del SIN. Y ello obedece fundamentalmente al rezago en la ejecución y entrada en operación de importantes proyectos de generación.
Y hablando de atrasos de proyectos, también hay notorios retrasos en la ejecución de proyectos de transmisión, al punto que, según lo informado por XM, debido al congestionamiento de las redes y a la sobrecarga de las mismas, no están en capacidad de transportar la energía suficiente para satisfacer el mercado del Caribe y por ello reportó que desde hace varios meses se ha venido registrando “demanda no atendida”, que es como llama XM, eufemísticamente, el racionamiento en la prestación del servicio de energía al cual vienen estando sometidos los 2.6 millones de usuarios de la región, ¡que son los paganinis de este despiporre!.
www.amylkaracosta.net