Fibra óptica y conectividad rural | El Nuevo Siglo
Jueves, 15 de Diciembre de 2022

Por años, la conectividad -y en particular, la conectividad en zonas rurales- ha sido un propósito del gobierno nacional en materia de tecnologías de la información y las comunicaciones. La actual ministra de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, Sandra Urrutia, ha indicado que superar los retos en esta materia es una prioridad de su cartera para los próximos cuatro años.

 Específicamente, la ministra fijó para la nueva administración el reto de llevar la cobertura de Internet hasta el 85 por ciento al final del mandato del presidente Gustavo Petro. En la actualidad, se encuentra entre el 50 y 60 por ciento. 

Muchos centros urbanos se beneficiarán con el eventual despliegue de redes 5G. En algunos lugares, la geografía obligará a usar soluciones satelitales. Pero para el Presidente, el camino para corregir el atraso de los indicadores de conectividad del país, que son considerablemente menores a los de otros países de América Latina, es replicar una estrategia que en su momento aplicó Bogotá, cuando él era alcalde. Dicha estrategia la resume a “Fibra óptica, fibra óptica y más fibra óptica”.

Sin duda tiene sentido: las redes de comunicaciones de fibra óptica mueven los datos mediante pulsos de luz, no generan ruido electromagnético y resultan, a la vez, más ligeras y flexibles en espacio y más robustas y seguras en desempeño.

El reto de llevar la fibra óptica a todos los rincones de Colombia es monumental, y va a requerir de una delicada planeación y meticulosa ejecución. Se trata de un objetivo que no se puede perseguir sin las regiones y demandará una reestructuración de las prioridades de inversión, pero una apuesta nacional por la fibra podría dar solución a la deuda histórica en materia de conectividad y poner al país a la par de otros en América Latina.

Por añadidura, la fibra óptica está idealmente preparada para servir como base de conectividad en toda clase de procesos de digitalización, en momentos en los que desde todos los sectores de la sociedad llegan requerimientos de redes versátiles, costeables y aptas para enfrentar la rápida evolución tecnológica del mercado.

Esos requerimientos solo pueden aumentar. El mundo, y Colombia no es la excepción, está abocado a vivir un inminente proceso de aceleración en el uso y consumo de información, en el que las infraestructuras serán determinantes. Ciudades Inteligentes, vehículos autónomos, robots en la industria o en el hogar, entre otros, no podrán ser adaptables si no se cuenta con infraestructura de alta disponibilidad y baja latencia, es decir un canal muy potente por donde fluyen inmensos volúmenes de datos en tiempo real. 

Una infraestructura sólida de fibra óptica abriría paso a iniciativas sociales muy importantes, como la que cursa en la secretaría de la Cámara de Representantes, que busca establecer en el país un mínimo vital de internet para hogares de bajos recursos.

La fibra óptica representa la solución de conectividad indispensable en el actual proceso de digitalización, apta no sólo para soportar demandas crecientes, sino que también para enfrentar la rápida evolución tecnológica de las redes y las telecomunicaciones.

La industria tiene mucho que ganar en esta apuesta, toda vez que el fortalecimiento de la infraestructura para banda ancha sólo puede beneficiarla. Por el camino, es posible que descubramos que terminará beneficiándonos a todos.

*Gerente de ventas regional de Furukawa Electric