AIS para los pobres
Cuando el Gobierno anunció la construcción de 100.000 viviendas, que serán entregadas gratuitamente a los más pobres, se dispararon las alarmas de los profetas del desastre, que no reflexionan antes de vociferar y descalificar cualquier iniciativa que pueda hacer sombra a lo que nunca se hizo.
Construir 100.000 viviendas es una empresa temeraria que requiere una gerencia, como la que seguramente impondrá el nuevo ministro de Vivienda, Germán Vargas Lleras. Sin embargo, hay quienes se atraviesan a esta iniciativa que pretende sacar de la indigencia y la pobreza a millares de compatriotas que deambulan sin esperanza, por campos y ciudades del territorio nacional.
Proyectos como este merecen el respaldo de todos para que por fin despertemos e iniciemos una acción en favor de los más desamparados, por una sociedad que sólo persigue beneficios para sí, sin mirar a los demás.
Por esa falta de atención a los más necesitados, por la indolencia, indiferencia y abulia de esta sociedad, estamos sometidos a una violencia sin fin. Ir lanza en ristre contra un proyecto que busca dotar de hogares a los colombianos más pobres es desconocer que nos hace falta una justicia social. Regalar a los pobres para cierto sector es una herejía, porque la consigna es mantener las diferencias sociales, sin que importen las consecuencias de semejante brecha.
Depende de los alcaldes y gobernadores la celeridad que se pueda aplicar a esta iniciativa del Gobierno, pues serán ellos los que deben proporcionar los terrenos en donde se construyan las nuevas viviendas. Hay necesidad de eliminar los egoísmos y dar marcha al ambicioso e inaplazable plan de vivienda.
Los enemigos de los programas sociales ponen el grito en el cielo por el costo y argumentan, sin pruebas, que se trata de despilfarros innecesarios. Afortunadamente estamos en una especie de bonanza, que gratamente nos permite darles algo a los desposeídos.
Este programa requiere, desde luego, uno paralelo de convivencia, que enseñe a los nuevos propietarios a vivir en sociedad, pues generalmente hasta ahora no han tenido una educación que les imprima tolerancia, entendimiento y coexistencia. Parece que por fin habrá un AIS para los pobres.
Blanco. La maestría con la que manejó el ajedrez ministerial: excelente Federico Renjifo en Interior, Vargas Lleras en Vivienda y Juan Mesa en la Secretaría General. Mejor equipo, imposible.
Negro. El pesimismo frente a nuestra suerte en La Haya para mantener intacto nuestro mar territorial.