El judío errante
Increíble que la orfandad del expresidente Uribe se esté trasladando a la esfera internacional, en el afán que tiene de convertirse en el líder de la derecha latinoamericana. Anda como el judío errante, ocasionándole graves daños a la tan cacareada por él confianza inversionista, con declaraciones que van y vienen por cuanto sitio pasa para desacreditar al actual Gobierno. De paso, azuza a las fuerzas del orden para que reclamen el fuero militar que él les quitó durante su gobierno.
¿Qué le pasa al expresidente? Se pregunta la gente. Nadie tiene una respuesta. Se empeña en auto-pregonarse como el mejor, el único y el irreemplazable, cuando a nadie escapan las atrocidades que soportó esta patria durante ocho años. A veces parece poseído o perturbado, como lo vimos durante la entrevista a un canal de Miami, cuando se paró para “disparar” twitter que humillaran a su sucesor. O cuando trató de intervenir -lo que sigue haciendo- en la política venezolana, acción que fue rechazada por el líder de la oposición. Pero su peregrinar continúa, en el afán por adquirir el liderato perdido. Tenía listo un viaje a Guatemala para intervenir en un foro con la oposición de ese país. Los mismos organizadores le dijeron el día anterior a su viaje que lo pospusiera, porque había un plan para atentar contra él entre el aeropuerto y la capital.
Viene ahora lo de Argentina que, a pesar de ser un petardo para “causar ruido y en caso extremo generar llamas”, como dijo la policía, ha servido para crear el pánico necesario.
En su afán por regresar a la pelea con Venezuela, atribuye a Santos la entrega de las negociaciones de paz “a la dictadura de ese país”.
Esas erráticas presencias ya empiezan a afectar la economía y a alejar la inversión. Un empresario me comentó que tenía una negociación prácticamente asegurada con empresarios canadienses, pero la bomba de la 74 y los trinos y apariciones de Uribe dañaron el negocio. Pero eso tiene sin cuidado al nostálgico del poder, a quien quiere arrobar un mandato perdido.
Blanco. El valor de Lucho Garzón cuando afirma que para llegar a la paz es necesario utilizar todos los recursos: “Es como la Guantanamera: todos la tarareamos, aunque con distinta letra”.
Negro. Los tiburones que se desplazan para minar la estabilidad nacional.