Martes, 22 de Noviembre de 2011
Para “Timochenko”
El nuevo jefe de las Farc es Rodrigo Londoño Echeverri, conocido con el alias de “Timochenko”. No vamos a elaborar un perfil de la persona porque ese trabajo ya fue procesado y el país tiene claridad meridiana sobre quien es Rodrigo Londoño. Pero independientemente de lo conocido quiero dirigirme a él, con el fin de hacerle algunas consideraciones esperando interpretar el sentimiento de muchos colombianos, habida cuenta de que “Timochenko” llegó a la cabeza de la organización por fuerza de los acontecimientos y el destino.
Se especula sobre cual será su perfil de mando y la política a seguir de cara al conflicto, pues la mayoría de colombianos lo encuadran en el ala guerrerista de la organización, catalogándolo como hombre duro en posturas bélicas -la verdad lo percibo más pensante que guerrero-. Le quiero recordar al actual jefe que cuando se asume un compromiso de ese tamaño, lo primero en precisar el nuevo líder es la distancia entre su estilo de mando y el cumplido por los antecesores, mostrándose autónomo e independiente; reconociendo en la oportunidad el instante para realizar hechos de significancia en su vida; debe entender que Colombia entera espera posiciones sensatas al dirigir la organización que hoy le entrega los destinos de esa lucha; lo segundo es empezar a estudiar con cabeza fría y amplio entendimiento la viabilidad de lograr el propósito, que de no ser factible por múltiples razones, sería conveniente plantearle una alternativa más realizable o lógica, reconociendo por experiencia que la propuesta guerrerista obliga respuestas más guerreras, muy distantes de victorias y, por el contrario, cercanas al desastre. El estratega sopesa los elementos analizando el momento, en cuanto a moral y doctrina, es poco saludable continuar empecinados en una empresa pobre o nada realizable, con tácticas caducas y fracasadas.
No es inteligente continuar la lucha a la manera del anterior, pues los talantes son diferentes, las circunstancias han cambiado, la ascendencia en los hombres dista mucho, lo que induce a un ajuste en el manejo operativo y administrativo; de no ser así, el fracaso está a la vuelta de la esquina acompañado de incomprensión por parte del Secretariado; urge recordar que los éxitos no persiguen a todos los dirigentes, las estrategias en unos no funcionan igual en otros, por la diferencia en el carisma, la capacidad de persuasión y ciertas cualidades hijas del don de mando. El tiempo apremia y las oportunidades son esquivas, urge programar el timonazo inteligente, no se puede seguir la senda del heredado fracaso, la necesidad es apremiante y el destino le está brindando la posibilidad de lograr una salida digna, es posible que la paz esté en manos del hoy comandante, quien debe dar la espalda al narcotráfico, recoger banderas ideológicas y encarar la sugerida negociación con el Gobierno.