General (r.) Luis Ernesto Gilibert V. | El Nuevo Siglo
Miércoles, 17 de Diciembre de 2014

PRISMA

Las incorporaciones

En  las  instituciones o empresas de servicio público, especialmente la fuerza pública, para administrar el recurso humano se han realizado toda clase de pruebas y el tiempo ha permitido adquirir una experiencia formidable, lográndose refinar el proceso de selección hasta llegar al diseño de protocolos ideales y recursos especiales que motivan el joven ciudadano a elegir estas disciplinas, con grandes oportunidades presentes y futuras para quienes abrazan carreras, donde el servicio a la comunidad prima sobre cualquier aspecto personal, esa premisa  ha permitido  escoger los candidatos, dando prioridad a la vocación sobre la necesidad.

En los últimos tiempos hemos asistido a un sinnúmero de anomalías en las filas de las instituciones militares y policiales, observando con tristeza cómo algunos hombres que han vivido trayectos importantes de su carrera, pierden el norte y caen en actos vergonzantes o delictuosos que desdibujan el buen nombre de las fuerzas, poniendo a sus jefes en la incómoda posición de dar explicaciones por actuaciones salidas del orden y buenas costumbres, preceptos fundamentales, que deben soportar la moral y honra de los servidores públicos bajo banderas.

Estos escenarios merecen un debate de fondo en el interior de cada fuerza y con respaldo del  Ministerio de  Defensa, pues si analizamos como ciudadanos desprevenidos o miembros en retiro  activo de las instituciones que servimos, identificaremos superficialmente aspectos circunstanciales, entre los que destacamos el crecimiento de las fuerzas, un tanto acelerado por la urgencia de hacer frente al conflicto armado que vive el país; las autoridades y la misma ciudadanía piensan que el número de efectivos para lograr el cumplimiento de la misión como es la defensa de la soberanía y el mantenimiento del orden publico interno, debe ser representativo,  lo que obliga a efectuar incorporaciones apuradas, sacrificando los cánones establecidos para considerar el ingreso de candidatos a las instituciones, situación que juega en contra del profesionalismo golpeando la imagen de éstas por los comportamientos de ciertas unidades ajenas al compromiso.

Revisemos algunos temas dignos de tener en cuenta; lo que busca primordialmente la campaña de incorporación es el hombre con vocación de servicio, que entienda lo importante de la misión y las dificultades que trae la defensa de los derechos y velar por el complimiento de los deberes, un ser con espíritu de sacrificio sin afanes de dinero ni protagonismo mediático, que acoja la  carrera por convicción; los incorporadores deben identificar en el proceso aquellos aspirantes ávidos de una oportunidad laboral, que ven las fuerzas como la tabla de salvación para su desempleo y falta de identidad con una carrera  o profesión determinada, estos son los personajes que enlodan el buen nombre de las instituciones y las armas, llegados por designios del destino, dispuestos a quebrantar el juramento haciendo mucho mal a las instituciones.