General (r.) Luis Ernesto Gilibert V. | El Nuevo Siglo
Miércoles, 2 de Marzo de 2016

PRISMA

Tutelando nuestra policía

LOS horrores a que ha sido expuesta la Policía Nacional por deslices de sus hombres, verdaderos o no, pero por fortuna hoy en proceso de investigación ante diferentes  entidades de control y justicia,  han generado una serie de  percepciones negativas al interior de la sociedad, corporaciones, asociaciones y   las fuerzas vivas del país.  Situación triste y vergonzante que obliga a buscar claridad  tratando de hacer entender a todos estos ciudadanos que no es la institución la responsable de estas acciones y que urge marginarla de responsabilidades por actividades venidas de los hombres,  nunca de su filosofía, doctrina, discernimiento ni organización, y menos justo es, señalar a la policía  y no  a los individuos como comprometida en irregularidades. Convenientes resultan los pronunciamientos de la  reserva institucional, como el Consejo de Ex directores, el Colegio de Generales, el Colegio de Coroneles y la Asociación de Oficiales en Retiro, quienes guiados por el dolor institucional dejan en un comunicado constancia de su sentir. Manifestaciones de cuyo texto me permito transcribir algunos apartes.

 

“Que la Policía Nacional es una institución acogida y apreciada por la comunidad colombiana, no solo por su función y  gestión, sino por el servicio que los vecindarios aprecian y las comunidades locales apoyan.

 

Que desde su incorporación, hace sesenta y tres años, al Ministerio de la Defensa, la Policía Nacional, ha logrado escalar hasta obtener muchos reconocimientos nacionales e internacionales, dada su estructura, organización y doctrina policial, que merece ser fortalecida y no exponerla a un riesgo evidente.

 

Que pretender menoscabar la buena imagen de la Policía colombiana, con las naturales excepciones humanas que la misma institución castiga, es asumir una irresponsabilidad y un tremendo desconocimiento de la historia institucional antes de su paso al Ministerio de  Defensa.

 

Que someter a la institución a la dirección de personas que no han sido formadas para la disciplina y respeto jerárquico, es lanzar un cuerpo armado al devenir político  y a los intereses partidistas de los cuales da buen testimonio la historia de los años anteriores a 1953, hechos en la vida nacional enmarcados en incalificables actos de violencia partidista.

 

Que la Policía Nacional sufre de situaciones de desconcierto generadas no por su tipo de organización, sino por problemas de tipo presupuestal y administrativo, que no han podido solucionar desde hace ya muchos años, como es el caso del escalafón del personal del nivel ejecutivo, en donde no se evidencia responsabilidad de sus cuadros  de mando.

 

Que la Reserva policial honra las declaraciones del señor Ministro de Defensa, el pasado 18 de febrero, confirmando la permanencia de la Policía Nacional  en el Ministerio de Defensa hasta que mejoren definitivamente las condiciones de seguridad y el país se normalice, ratificando de esa manera lo expresado por el señor Presidente de la Republica”.