GENERAL (R.) LUIS ERNESTO GILIBERT V. | El Nuevo Siglo
Miércoles, 22 de Agosto de 2012

Los taxistas, compromiso y control

 

El paro programado de tiempo atrás en protesta por la situación que enfrentan los taxistas, debido al pico y placa impuesto por la Administración, se puede tomar como punto de partida para aterrizar una serie de problemas presentes en las ciudades con el gremio, y aun el mismo servicio.

La mayoría de urbes cuentan con organizaciones dedicadas a prestar este tipo de servicio, las que se comprometen a controlar y desarrollar una serie de protocolos garantizando un exitoso oficio, ante lo cual las administraciones olvidan sus responsabilidades dejando en manos de los directivos todo el compromiso y sólo algunos guardas de tránsito donde los hay, o miembros de la Policía Nacional destinados a esta especialidad, dedican tiempo para constatar el cumplimiento de los acuerdos por parte de los conductores, constituyéndose por ello, gratuitamente, en enemigos del gremio. Son muchos los lunares del tema, por ejemplo: toda persona en mala situación piensa buscar trabajo manejando taxi, desplazados o emigrantes del campo ven oportunidades en este tipo de trabajo, la persona que logra una jubilación quiere invertir sus cesantías en comprar un vehículo y meterlo a taxi logrando mesadas extra, el estudiante sin recursos se rebusca manejando taxi en sus horas libres para cuadrar las entradas, me volvería interminable haciendo la listas de pretextos presentados por las gentes justificando su presencia en oficio de tanta responsabilidad, al que pueden acceder sin mayores requisitos, basta lograr la licencia y listos somos conductores de servicio público, porque la situación se extiende a todos los conductores del servicio público.

Es saludable un vistazo a los propietarios, pues ellos tienen buena parte de responsabilidad, reconozcamos que los acuerdos laborales no son muy ortodoxos que digamos, induciendo por esta vía a la explotación del empleado, vaya y venga que un dueño trabaje día y noche lo cual no está bien, pero el empleado no puede soportar esta responsabilidad. Ahora, si los presidentes de asociaciones fueran responsables y controlaran estos desmanes, indudablemente se lograría un mejor servicio acompañado de alta confianza. Es el momento de afinar reglas, las protestas sirven para mejorar pero en todos los sentidos, no es posible que los ciudadanos sigan poniendo su vida en manos de improvisados conductores, hacen falta cursos y capacitación para desarrollar ese trabajo que es de mucha responsabilidad, como lo dije anteriormente.

Por último, una miradita a la seguridad. Sabemos del paseo millonario, ahí figuran taxis, sabemos de piratería, ahí tienen taxistas responsabilidades, sabemos que muchos vehículos de plaza son utilizados por antisociales para trasladar elementos y personas, no quiero ahondar en el tema ni generalizar pues existe gente idónea, pero falta compromiso, organización y control. Compromiso del propietario y conductor, organización vigilante en las asociaciones y control de autoridades sobre cumplimiento de la normatividad.