Ausente compromiso con seguridad
Definitivamente la seguridad tiene muchas aristas para tener en cuenta en los análisis estadísticos, pues estos se nutren del monto presentado por encuestas sobre determinado aspecto, delito o contravención que altere el orden, y se direccionan especialmente hacia la integridad personal, por ser lo más significativo ante la ciudadanía, que en últimas es la más interesada en saber el desarrollo delictivo del ambiente. Infortunadamente este mismo conglomerado muy poco coopera, al poner en riesgo su integridad por falta de atención en las actividades cotidianas.
Las autoridades despliegan permanentemente campañas educativas tendientes a motivar los residentes del común, previniéndolos e invitándolos a tomar en serio algunas acciones donde su integridad corre riesgo; como es necesario hacer claridad, voy a describir la situación con el prisma de una persona comprometida con su seguridad. La música tiene un encanto especial y genera estados de tranquilidad, paz y sosiego, permitiendo que los sentidos se abandonen y fluya calma en la naturaleza, se recomienda escuchar música bajo situaciones de descanso en medio de ambientes tranquilos y seguros, pero hoy vemos la mayoría de transeúntes escuchando música en tanto se desplazan por las calles sin ninguna atención o cuidado, olvidando incluso la observancia de señales sobre tránsito. También los percibimos en la misma condición pero conduciendo vehículos, o como pasajeros del servicio público -peligrosa actitud-, en abandono total del compromiso con la seguridad.
Los celulares encarnan el adelanto tecnológico en bien de las comunicaciones y comodidad ciudadana. Poder sostener intercambio permanente con el hogar, la oficina y amistades en todo lugar y momento, es sencillamente fantástico, sólo que su uso se debe circunscribir a un escenario seguro, evitando la peligrosa práctica de estar comunicado durante desplazamientos, bien sea a pie o en la conducción de autos, los riesgos no son previsibles en estas condiciones y representan una elevada peligrosidad. Qué decir de la comunicación escrita ofrecida por la misma telefonía celular, es un ensueño lograr enviar mensajes evitando la constante comunicación hablada, que molesta e incómoda al entorno, buenísimo contar con ese recurso, pero evitando hacerlo en vía pública y mucho menos cuando se tiene la responsabilidad de operar un coche, posiblemente este último comportamiento raya en dolo.
Las anteriores actividades ausentan las personas del entorno, conduciéndolas al abandono de su persona e integridad a la suerte, permitiendo que los antisociales actúen con tranquilidad y ventaja en todos los ámbitos. Estas distracciones privan los sentidos de una posible actuación en defensa ante amenazas de toda índole, como percances viales, (los más frecuentes) atracos y demás asechanzas propias de la ciudad. En últimas falta compromiso con las autoridades para cerrar el paso a los malhechores y prevenir accidentes de tránsito que tanto daño hacen a la percepción de seguridad.