General (r.)Luis Ernesto Gilibert V. | El Nuevo Siglo
Miércoles, 15 de Julio de 2015

PRISMA

Nuevos alcaldes, cambios en seguridad

¿Llamativo el título verdad? Pero nada más negativo y nocivo, pues lo recomendado es que el nuevo burgomaestre, antes de tomar decisiones o poner en práctica su proyectos de campaña, haga un inventario lo más profundo posible sobre los logros y desaciertos en materia de seguridad adelantados por la administración saliente, para así tomar lo mejor y desechar malas prácticas de cara al futuro. La experiencia es nefasta, existieron administraciones que limpiaron las ciudades de economía informal y erradicaron los vendedores ambulantes de sectores comerciales, donde hacían difícil el desarrollo del mercadeo, logrando grandes avances en organización y cultura para las ciudades, pero llegaron otras administraciones, disminuyeron controles y en pocos días la invasión de los espacios recuperados se hizo manifiesta e inmanejable, y qué decir del control al menudeo de estupefacientes, o la intervención de establecimientos expendedores de bebida embriagantes; no solo en estos aspectos tenemos lecciones, pero si queremos más ejemplos, vámonos a dos acaldes que han dejado huella en Bogotá por su compromiso con la seguridad, uno fue don Ventura Ahumada, poco conocido, quien legó una larga historia de  ejecutorias en seguridad, y el otro fue Antanas Mockus utilizando aquellos refuerzos en formación y capacitación para la policía, más la pedagogía ciudadana que alcanzó grandeza  en la imagen de Bogotá.

Lo recomendable a simple vista seria, un vez elegido el candidato y antes de posesionarse,  reunirse con los responsables de la seguridad en el municipio, especialmente con el comandante de Policía, los  representante de Fiscalía, Medicina Legal, comandantes de Fuerzas Militares, y otros, escuchando los planes y programas utilizados hasta el momento, evaluando  resultados para   ajustarlos, implementado nuevos conceptos sobre seguridad, apoyándose en tecnología para lograr el cubrimiento total del sector. El recurso de pedir más pie de fuerza, merece estudio por ser un trámite ajeno al municipio y depender más de la capacidad institucional que del querer gubernamental, pero existen muchos conceptos y expertos en el tema que pueden colaborar con sus sabios consejos, los municipios no están en pañales sobre seguridad, hay cosa buenas que se pueden dimensionar. Hablemos de la Secretaría de Seguridad, soy un convencido de sus  ventajas por habilitar un funcionario de dedicación exclusiva al concepto seguridad, permitir el manejo y control del presupuesto, coordinar permanentes operativos e información con la fuerza pública y demás autoridades, -existen algunas personalidades esbozando conceptos sobre el asunto-, asegurando que una secretaría no solucionará los problemas de seguridad, seguramente no conocen el dilema con sus aristas, donde falta tiempo para movilizar la ciudadanía en el tema, necesitándose una política de seguridad tan dinámica o más que la política partidista, organizando núcleos sociales, visitando barrios, recogiendo quejas, escuchando los vecinos, y respondiendo clamores. Seguridad es administrar ciudad, organizando ciudadanos comprometidos.