GLORIA ARIAS NIETO | El Nuevo Siglo
Viernes, 23 de Agosto de 2013

El Trastévere

 

Es genial ver desde platea, una obra de teatro; pero lo realmente valioso sucede cuando uno pasa tras bambalinas, porque ahí es donde está la verdad.

Es como la diferencia entre caminar por el Trastévere (el pedazo medieval más auténtico de Roma) o sentarse en el  lobby del Hilton.

Bueno; yo quisiera estar en el trastévere de los paros; del peculiar ritmo cardíaco de Santos, y de los diálogos de La Habana.

El ciudadano general es mediático e inmediático, y corre peligro de  conformarse con ver 27 veces las mismas fotografías de los buses con vidrios rotos a pedradas, carros quemados, barricadas de troncos y  campesinos diciendo que como siempre el que paga es el más pobre. ¿Y?

No es suficiente. Necesitamos análisis y autocrítica; comprender genuinamente por qué llegamos a este coctel molotov, fusión explosiva de improvisaciones, olvidos y espantos.

Se mezclaron en una misma bomba social, la Ley 100, con el costo de la gasolina; los fletes de los camioneros, con los salarios de los maestros; las semillas certificadas y las artesanales, con los mineros enardecidos; el pálpito reelectoral, con un júbilo pegado con babas, ante el reconocimiento por parte de las Farc de algo que el país sabe desde hace 50 años.

No sé jurídicamente cómo se llama la figura; pero moralmente, que en un mundo con desnutrición, se boten toneladas de arroz porque sus semillas no se acogen a la Resolución 9-70 del ICA, es un crimen. Blogueros, redes sociales y emisoras, se han manifestado al respecto. ¿Dónde está la voz oficial?

Hablando del TLC, Santos dijo que tenemos que ponernos a tono con la realidad internacional. Ajá. ¿Cuál realidad, señor Presidente?… ¿La del hambre, o la del primer mundo? ¿La del pez gordo que se come al chico? ¿La de alimentos incinerados para controlar los precios y la relación entre la oferta y la demanda?

Anoche le envié un chat a un sensato y honesto periodista, pidiéndole un servicio social: ayúdanos a comprender el trasfondo de los paros; estamos hasta el tope de ver piedras voladoras y ovejas boyacenses, pero muchos espectadores (incluso muchos actores) se quedan en los efectos, sin preguntarse por las causas.

Mi interlocutor es una maravilla, y me respondió. Pero los otros 47 millones de colombianos que no tienen acceso a un periodista amigo, también tienen el derecho y el deber de entender más allá de la foto, por qué estamos tan descuadernados.

El ministro Carrillo dijo que será inflexible en mantener el orden público (¿no habrá visto que las vías de hecho ya  flexibilizaron el caos y la realidad?). Santos tiene taquicardia reeleccionista. Los encapuchados se cuelan donde les da la gana, y los señores en paro mezclan lo comido con lo servido. Siento que en ninguna orilla se está diciendo la verdad completa, y nos estamos matando en el cruce de mentiras en contravía.

Sueño con que a los responsables de lo que está pasando les de un ataque de honestidad; y nos lleven tras bambalinas, al trastévere de un país que quiere ser comprendido, y no aguanta más engaños ni más olvidos.

ariasgloria@hotmail.com