GLORIA ARIAS NIETO | El Nuevo Siglo
Viernes, 13 de Abril de 2012

Interés vs. lógica

 

Habría sido más lógico y productivo haber apoyado la candidatura de José Antonio Ocampo a la presidencia del Banco Mundial que promover a Angelino a la dirección general de la OIT.

Ocampo, exsecretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas, exsecretario general adjunto de la ONU, exministro y académico reconocido como uno de los mejores historiadores económicos del continente, sería, a juicio de expertos, un excelente presidente del Banco Mundial y para Colombia representaría un hit al más alto nivel, con previsibles consecuencias de peso y pesos favorables para nuestro país.

Pero en estos juegos no siempre se le dan los ases al deber ser, sino al convenir ser. Y resulta que para la comodidad política interna es mucho más urgente tener a Angelino lejos. Algo así como “con tal que se vaya, aunque le vaya bien”.

No es correcto haber armado una fórmula vicepresidencial que desde siempre lució insostenible, con el único -o principal- objetivo de cautivar los votos de sindicatos y centrales obreras, y luego, ya en la cumbre (para estar a tono con el tema actual) del poder, darle un olímpico pastorejo al Vice electo.

Pero la política es así. Y es evidente que entre el presidente Santos y Angelino cualquier diálogo, equilibrio, sintonía o equipo, es física, existencial y estructuralmente casi imposible.

Lo feo es que uno siente que Angelino fue utilizado, y todos sabemos que utilizar a las personas con fines puntuales y luego desecharlas está mal. Pero, honestamente, resulta entendible que el más alto gobierno quiera tener al Vice “sintigo en la distancia”.

Más aún: la vicepresidencia de Angelino ha sido amorfa; ni va ni viene, ni aporta ni daña; no tiene columna vertebral ni personalidad política ni ideológica; mejor dicho, como diría el candidato vitalicio, no es ni chicha ni limoná.

Los colombianos no lloraríamos su ausencia, aun cuando sí le daría a uno un poco de pena frente a una organización como la OIT. Pero bueno, ese es el juego.

Da pesar -y remordimiento racional y social- que por salir de Angelino se haya prescindido de apoyar al exministro Ocampo. Los argumentos esgrimidos sobre la tradición de tener un norteamericano en la presidencia del Banco Mundial y la baja probabilidad del triunfo de Ocampo, dada la presencia de Moreno en el BID, no son muy consistentes.

Nuestro economista y sociólogo doctorado en Yale tiene todas las virtudes para presidir uno de los organismos más poderosos del mundo, que tiene como misión -ni más ni menos- la reducción de la pobreza.

Ocampo se sintió “examinado con justicia” por la Junta del Banco Mundial. Aun cuando él y la ministra de Finanzas nigeriana tienen la mejor hoja de vida, no nos extrañe que gane Jim Yong Kim, candidato de la Casa Blanca. Allá arriba también -y sobre todo allá- demasiadas veces interés mata lógica. Ya veremos si gana el poder de voto o el concurso de méritos. Ojalá suceda lo segundo. Los países emergentes merecen y necesitan que así sea.

ariasgloria@hotmail.com