Por estas calendas la democracia española ha recibido un recio golpe bajo por cuenta del presidente Pedro Sánchez, quien como gobernante tiene el deber de defender a toda costa el orden y el respeto por la Constitución del país. Por el contrario, por conseguir sus objetivos personales de seguir en el poder, prefiere lograr una mayoría parlamentaria espuria, al negociar con cuantos han ensangrentado su país y fomentado el separatismo.
La democracia permite que en el sistema parlamentario quien haya sacado el segundo lugar en votos, lo mismo que el ganador, compitan en el Parlamento por asegurar la mayoría. En este caso Sánchez, se aprovecha del poder para negociar el apoyo de los separatistas y los diversos bandos, incluidos los antiguos ¨terroristas y criminales¨ que ensangrentaron el país. Entre los peores atentados contra la ley y el orden, se cuenta la provocadora ley de amnistía. Para ser tratados los separatistas por su gobierno como héroes, en tanto las fuerzas del orden y el estamento militar son maltratados como si fuesen una fuerza extranjera de ocupación, al decir de varios dirigentes de la oposición.
Como sostienen Hegel y otros reconocidos pensadores, la dictadura no es, necesariamente, lo contrario de la democracia, sino que aquella consistiría principalmente en la supresión de la separación de poderes, es decir en la supresión de la Constitución. El Ejecutivo se burla de la gran mayoría de los españoles para pasar por sobre la Constitución y favorecer a sus nuevos aliados, que mañana pueden intentar separarse de España, como ellos mismo lo han manifestado. Algunos pensaran que esto ocurre por cuanto Sánchez es un separatista camuflado, claro que no. Según los que mejor lo conocen, lo único que le interesa es seguir de jefe del gobierno y prometer lo que sea, lo que no quiere decir que vaya a cumplir todas sus promesas públicas o secretas con los separatistas y ultras. Es el arte de engañar, que la maneja contra la oposición y frente a sus comilitones y aliados de toda índole.
Así que tenemos a un gobernante que por perpetuarse en el poder viola la Constitución, acepta una exótica soberanía popular a cuenta de los enemigos del sistema y reconocidos terroristas y separatistas, que atrae con una propina de $100.000 millones de euros para repartir entre las regiones, que no son otra cosa que parte del soborno, con el cual desangra las finanzas públicas. Ese decir, que les saca el billete de la cartera a sus compatriotas para financiar la anti-España. Lo que, también, es violatorio de la constitución.
El punto débil de la suerte de ‘golpe de Estado’ que ejecuta Sánchez es que ahora queda en manos de un extremista, separatista y tahúr reconocido, que sigue en Bruselas, Carles Puigdemont. Los españoles hacen apuestas sobre cual tomará primero la iniciativa de la traición, por cuanto los tahúres juegan con cartas marcadas. El fugitivo sigue comprometido con el proyecto de parcelar a España.
Sánchez, de vieja data, viene restándole importantes fondos a Madrid, donde la señora Ayuso lo ha derrotado en las urnas varias veces. Por lo que le envidia su popularidad y no pierde ocasión de ofenderla. Así ella lo cruce con su humor o sus insultos. Y es Madrid, la ciudad donde más multitudinarias han sido las protestas que sacuden el país, de extremo a extremo, en contra de los atentados del gobierno a la unidad de España y la suerte de ‘golpe de Estado’ que a varias bandas sufre la democracia, dado que pretender que el Parlamento revise las sentencias judiciales, es atentar contra el orden jurídico y el debido respeto a los jueces, como a la separación de poderes. Esa marea humana representa el despertar de un pueblo, que no permitirá que la alianza nefasta del gobernante y el codicioso separatista exilado, provoquen el desgarramiento del país.
Más no podemos llamarnos a engaño, una parte de la población española pareciera que no aprendió nada de la guerra civil, donde, también, el separatismo, el socialismo y el comunismo, resuelven armarse para aniquilar, al contrario, comenzando por el asesinato de Calvo Sotelo y la ejecución de José Antonio Primo de Rivera. Eso en el siglo pasado y ahora con cobardes atentados como el que sufrió en Madrid uno fundadores de Vox Alejo Vidal-Cuadras, quien de milagro sobrevivió el disparo de un sicario en el rostro. Frente a ese panorama erizado de violencia, hacemos votos por la reflexión cívica de los españoles y el retorno a la convivencia democrática, hasta que la justicia conjure el golpe de Estado de Sánchez.