¡Gozosa Navidad! | El Nuevo Siglo
Domingo, 25 de Diciembre de 2022

Ya es Navidad.  Probablemente el sábado en la noche compartimos regalos con nuestros seres queridos, tuvimos una cena especial, nos abrazamos, festejamos y tuvimos deseos de buena voluntad los unos con los otros.  En realidad, eso lo podemos hacer cualquier día, todos los días.  ¿Dónde está la diferencia?

La celebración de la luz en el hemisferio norte nos ha llevado a celebrar el nacimiento de Jesús el Cristo por estos días decembrinos.  Algunas tradiciones nos dicen que Jesús en realidad nació unos meses antes, en agosto, pero el sincretismo religioso nos condujo a conmemorar la Navidad hoy, en días cercanos a la noche más larga del año al norte del Ecuador, ocurrida en el solsticio de invierno.  Ese simbolismo corresponde a una luz menor, la del Sol.  Podemos ir más allá y reconocer la Luz Mayor, a la cual podemos tener acceso en la medida en que ampliamos nuestra consciencia y nos conectamos con nosotros mismos: de eso se trata nuestra Navidad, de asumir que tenemos la posibilidad de seguir creciendo.

La Navidad encierra misterios que podemos descubrir poco a poco.  Uno de ellos es que gracias al Oficio del Cristo tenemos la posibilidad de salir de esta mátrix en la que nos encontramos, en la cual damos vueltas enredados en los egos, la fragmentación y la competencia.  El secreto no está en la pasión: ¡está en el Amor! Jesús el Cristo encarnó en este planeta para liberarnos de la influencia de los ángeles caídos, aquellos que sutilmente controlan nuestras vidas y nuestros destinos mientras nosotros lo permitamos.  En efecto, Cristo es nuestro salvador, no de un pecado del cual a lo mejor no tengamos idea, sino de la separación del Amor esencial, de haber perdido la consciencia de conexión con la Fuente Suprema.

¡Navidad es recuperar nuestra capacidad para sostener el Amor! Eso no podemos hacerlo solos, porque por nuestra cuenta seguimos creyendo que la clave de la vida es la pasión y no nos damos cuenta de que divide y genera dolor.  Por estar tan confundidos llegamos a decir que sin sufrimiento no sirve, que el amor duele, que no nacimos para amar y que para todo ello la cura es la felicidad, que otro sentimiento pasajero como el resto.  Navidad es vivir en gozo, ese don del Espíritu Santo que nos permite integrar y trascender nuestros sentimientos, emociones e instintos.

Estamos llamados a ir más allá de las celebraciones externas, bonitas pero insuficientes.  Empecemos por abrazarnos a nosotros mismos sin condiciones, a ocupar nuestro lugar.  Sostengamos ese amor, pase lo que pase. Con la guía divina podemos integrar y trascender nuestros egos, para ampliar el círculo de amor incondicional.  ¡Pidamos a Jesús el Cristo que nos ayude a vivir en gozosa Navidad!

@edoxvargas