GUILLERMO FRANCO CAMACHO | El Nuevo Siglo
Domingo, 15 de Abril de 2012

¿Agonía?

El Nuevo Siglo publicó un reportaje al general Sergio Mantilla, Comandante del Ejército Nacional, titulado “Situación de Farc es caótica: Mantilla”, a raíz de los recientes golpes de la Fuerza Pública en Arauca y Meta en que fallecieron 69 guerrilleros de las Farc, incluyendo 6 cabecillas de frente y 9 de segundo y tercer nivel para un total de 15. Se trata de mandos medios encargados de ejecutar las órdenes impartidas por el Secretariado, cuya pérdida “es irremplazable e irreparable para las Farc” y se suma a no ser ya invulnerables los miembros del Secretariado.

Los sucesos señalados, en opinión del General, son “dos golpes trascendentales, los más fuertes que se han dado a las Farc en los últimos cuarenta y tantos años de conflicto” y definen una disyuntiva: rendirse y someterse a la justicia o seguir por la pendiente desastrosa.

El citado militar no adopta la tesis de su colega, general (r.) Freddy Padilla de León, del “fin del fin” dando una visión inmediata y optimista sobre el cese de las Farc. Dicha tesis fue objetada, en esta columna, debido a los antecedentes referidos por Eduardo Pizarro Leongómez en su obra Las Farc (1949-2011). Esta fuente deja en claro la capacidad de dicha guerrilla para adaptarse a los cambios en las condiciones del conflicto y sustituir a los mandos desaparecidos.

Pizarro describe la evolución de las Farc de la Fase I (guerra de guerrillas) a la II (guerra de movimientos) y en parte a la III (guerra de posiciones) para retornar a la primera en el presente. Conviene seguir con la metodología del mencionado autor que, según se verá, tiende a respaldar a Mantilla.

Pizarro identifica factores en contra de las Farc: el tiempo y el espacio no están a su favor por haber perdido la iniciativa, el progreso de las Fuerzas Armadas, la vulnerabilidad referida de los mandos y la existencia de cero tolerancia, en los ámbitos nacional e internacional, a la violencia como medio de acción política. A continuación, vienen las consideraciones favorables entre las que aparece la ya reseñada capacidad de adaptación a las circunstancias nuevas que, sin embargo, no ha contrarrestado la inventiva del Gobierno, y el apoyo político en América Latina tendiente a conseguir el estatus de fuerza beligerante legítima que ya no es factible. El análisis continuará.