Montealegre
En “Fiscal” (abril 1) se comentó la excelente acogida al nombramiento de Eduardo Montealegre como Fiscal General de la Nación. Se eligió, con posterioridad, al Vicefiscal, o sea el segundo a bordo, y se garantizó la continuidad de Martha Lucía Zamora, sugerida en esta columna. María del Pilar Hurtado y Luis Carlos Restrepo se muestran insensibles al llamado a someterse a la Justicia colombiana, pese a las garantías ofrecidas. Jaime Arrubla, expresidente de la Corte Suprema de Justicia, piensa que era innecesario designar nuevo Fiscal, cuyo período debe ser personal y finalizar, en consecuencia, en 2016 y no en 2013. Montealegre coincide debido a la magnitud enorme de su programa, la escogencia de Viviane Morales se declaró nula y Guillermo Mendoza ejerció como encargado y nunca en propiedad.
Montealegre ha expresado una serie de interesantes conceptos adicionales. Se podría, en relación con la paz interna, fijar “amnistías condicionadas”. Se le interrogó respecto a la Justicia Mediática y señaló que “debe haber un replanteamiento de la Fiscalía frente a los medios de comunicación”; se espera el pronunciamiento con gran expectativa. Debe modificarse sustancialmente el proyecto de reforma a la justicia, lo cual sería un corolario lógico de sus propuestas fundamentales. Mauricio Vargas ha argumentado, de manera elocuente, en pro de la ausencia de radicalismo en Montealegre y la prueba consiste en que ha asesorado a Uribe Vélez, Andrés Pastrana y Juan Manuel Santos.
La Fiscalía no debe formar parte de la Rama Judicial -se está en acuerdo total-, lo cual implica el cambio en el procedimiento de designación de su jerarca máximo: la Alta Corte pertinente nombraría la terna de aspirantes y el Presidente de la República seleccionaría al Fiscal General. Se entiende que la Coalición Visible, coordinada por Excelencia en la Justicia, formuló la respectiva propuesta. A la Coalición están vinculadas alrededor de diez organizaciones nacionales y regionales.
Ha hecho escuela, en nuestro país, la tesis de ser individual la responsabilidad penal. Acorde con analistas, como Natalia Springer, con el nuevo Fiscal entraría a jugar la teoría mediata, basada en la doble imputación, según la cual habría responsabilidad del superior en hechos incurridos por los subalternos. Se trata de una innovación trascendental que, unida a las comisiones de la verdad y el fortalecimiento de la capacidad de lucha contra la criminalidad organizada, permitiría una más eficiente búsqueda de la paz.