Henry Bradford Sicard | El Nuevo Siglo
Jueves, 30 de Abril de 2015

DESACELERACIÓN EN LA ECONOMÍA

Tasa de intervención

EL  Banco de la República, en su reunión de la semana pasada, luego de un análisis minucioso de las diferentes variables macroeconómicas, tomó la decisión de dejar la tasa de intervención en el nivel de 4.5%.

Es bueno recordar que el Banco Central o Emisor, cuenta con esta tasa de intervención, como principal mecanismo de política monetaria para controlar la cantidad de dinero que circula en la economía; precisamente el 4.5% es el nivel de tasa de interés, o rendimiento, que les reconoce dicho banco a las instituciones financieras por recibirles dinero, así como el interés que les cobra por hacerles préstamos.

Uno de los principales aspectos que la Junta Directiva del Banco de la República analiza, para determinar esta tasa, es la perspectiva de crecimiento económico del país, para lo cual tiene en cuenta las condiciones y previsiones de la economía mundial. Estamos viendo cómo la caída de los precios del petróleo y de las materias primas en general, está generando desaceleración en la economía colombiana y mucha incertidumbre para los próximos años. Los empresarios empiezan a ser pesimistas en cuanto al futuro de nuestra economía y los analistas también comienzan a disminuir las previsiones de crecimiento para este año, las cuales se encontraban cercanas al 4% y ya muchos esperan que no pase de 3.5%, incluso algunos son un poco más pesimistas. Esta situación lleva a pensar que el Emisor debería tender a bajar la tasa para impulsar la economía, incentivar el consumo y la demanda de bienes.

Sin embargo, la otra cara de la moneda que debe tener muy presente la Junta del Banco para la toma de este tipo de decisiones, es el nivel de inflación de la economía. La inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios en un país. Recordemos que la inflación a marzo en Colombia se encuentra en niveles de 4.56%, nivel superior al esperado por los analistas económicos y que pone en riesgo de no alcanzar la meta determinada por el Gobierno, para final de este año. Para poder controlar la inflación, los bancos centrales tienden a aumentar la tasa de interés de la deuda pública; de esta manera se suben las tasas de interés en los préstamos al consumo, tales como créditos ordinarios, tarjetas de crédito e hipotecas. Al presentarse incremento en las tasas de interés del consumo se frena la demanda de productos.

Adicional a estos efectos sobre indicadores económicos, la Junta del Banco analizó y consideró la situación del comercio exterior, la realidad económica de nuestros principales socios comerciales y la dinámica de sectores como construcción y obras civiles, para concluir que debía mantener la tasa de intervención en los actuales niveles.

Aunque es un desafío inmenso del Banco de la República controlar adecuadamente su política monetaria, considero que si empieza a ceder algo la inflación en los próximos meses y como forma de impulsar nuevamente la economía, el Emisor podría bajar su tasa de intervención un cuarto de punto durante el segundo semestre de este año.