Como no escribir sobre el Covid 19, si como dicen, todos los caminos conducen a Roma y en nuestro caso todos ellos conducen al coronavirus ya que no hay tema que pueda evitar este punto, motivo de preocupación general en el mundo. De manera que recaeremos en el asunto.
Se aproxima el fin de la primera cuarentena, digo primera porque no estaría tan seguro que sea la única; pero como de toda crisis salen buenas lecciones, lo que hemos vivido, aporta enseñanzas importantes para la sociedad, ejemplo, la solidaridad que se ha vivido especialmente en Bogotá: muchas personas han podido colaborar, se reparten mercados, se comparte música, se escucha las comunidades, se entienden los problemas y se buscan soluciones en un ambiente bien difícil de manejar, pues el miedo, la necesidad, la angustia y el desconcierto hacen parte integral de la problemática que a veces torna agresiva a las gentes, pero las autoridades muestra lo mejor de ellas para lidiar con la comunidad, sin olvidar los avivatos de toda pelambre que hacen presencia en estos momentos, tratando de sacar partido ante la necesidad ajena, pero ya las autoridades en su momento darán cuenta de estos antisociales.
Pero llegó, como titulamos, la hora de grandes decisiones y es el enfrentamiento entre pandemia y economía, duro momento para el Gobierno porque cualquiera que sea su posición generara un juicio histórico muy difícil de ganar. Imposible escoger un camino sin consecuencias para el otro. Por el lado de los paladines del momento, compuesto por los miembros del cuerpo médico, a quienes agradeceremos sus esfuerzos, valentía y dedicación hasta el fin de los tiempos, son renuentes al posible levantamiento de la cuarentena y les asiste toda la razón si entendemos del riesgo existente a enfrentar un rebrote de coronavirus, con datos estadísticos poco optimistas, más aun sabiendo que la guerra no está ganada y para la salud el costo de una vida no tiene límites, convirtiéndose en su razón de lucha, vocación y profesionalismo.
Pero según grandes economistas, la situación en Colombia no es fácil, pues ven hoy la economía cerrada en todo sentido como se encuentra el país, sin estar en condiciones de soportar esta situación por más tiempo. A medida que pasen los días la economía ira cayendo en detrimento de las capas económicas y sociales, de manera que la salida obligada es arriesgarnos a convivir con la amenaza en tanto aparece la vacuna, o enfrentaremos una crisis económica impensable.
De lo anterior podemos deducir que levantar parcialmente la cuarentena, con responsabilidad y control, es el único camino, donde el compromiso ciudadano juega a favor del Gobierno, que arriesga su futuro y prestigio, apostando al éxito de Colombia que lucha denodadamente por salir bien librada de esta encrucijada.