HORACIO GÓMEZ ARISTIZÁBAL | El Nuevo Siglo
Jueves, 1 de Diciembre de 2011

 

Rafael Reyes

 

Pocas vidas tan apasionantes como la del general Rafael Reyes. Su mismo físico era impactante. Cabeza altiva, mostacho a lo Káiser, ojos verdes, quijada poderosa. Estatura destacada. Por sus históricos triunfos militares inspiraba profundo respeto. Tirios y troyanos elogiaban su gallardía en la lucha y su magnanimidad con el vencido.

Le tocó vivir una época de fanatismo. Tres sangrientas guerras -la del 85, 95 y Mil Días- colocaron al país al borde del abismo. Los opositores siempre calificaron a los gobiernos de tiránicos y los mandatarios con frecuencia les señalaban a los adversarios uno de estos tres sitios: cárcel, destierro o cementerio. Rafael Reyes fue un conciliador convencido. Llegó a la Presidencia conduciendo un movimiento que llamó de conciliación nacional. El historiador Enrique Santos Molano -autor de numerosos libros, Nariño, Silva- leyó un denso ensayo sobre Rafael Reyes, para posesionarse como socio de la Academia Colombiana de Historia.

Como lo sostuvo el nuevo académico, Rafael Reyes reconcilió a Colombia, dándole participación al partido liberal en el Gobierno. La famosa ley de Minorías, en favor de sus adversarios, generó descontento en el ánimo sectario de algunos conservadores. La hostilidad del Congreso y el perfil autocrático de Reyes generaron un ambiente conflictivo entre el ejecutivo y los legisladores. Rafael Reyes no sólo hizo a un lado el Congreso, sino que desterró a Orocué a sus opositores y organizó una Asamblea Constituyente en sustitución del Parlamento. Uribe Uribe aplaudió esta decisión. Valencia se hizo famoso con su frase: “Desde la época de Cromwell se alquilan los locales de los parlamentos hostiles”. En circunstancias parecidas clausuraron el Congreso Tomás Cipriano de Mosquera y Mariano Ospina Pérez. Eduardo Santos en su gobierno cerró todas las asambleas del país.

Rafael Reyes fue un realizador extraordinario. Reaccionó contra las hordas y montoneras que actuaban como falsos ejércitos en las guerras no civiles, sino “inciviles”. Gentes improvisadas, sin uniformes, sin armas, sin pertrechos y sin disciplina. Corrigió este problema encargando a una comisión de técnicos chilenos para estructurar un ejército profesional, altamente calificado. Como le tocó a este gobernante la época del carro hizo multitud de carreteras, especialmente la central -Bogotá-Santa Rosa de Viterbo-. Al amparo de la paz impulsó la industria del café, soporte durante 75 años de la economía nacional. Organizó la exploración y explotación del petróleo. Introdujo muchas reformas a la Constitución, para darles garantías a todos los partidos. El liberalismo, encabezado por Rafael Uribe Uribe, Baldomero Sanín Cano, Luis Eduardo Nieto Caballero y otros defendió a Rafael Reyes. Este Presidente cumplió a cabalidad lo que expresó Abraham Lincoln: “El  político piensa en las próximas elecciones, el estadista piensa en las próximas generaciones”.