HORACIO GÓMEZ ARISTIZÁBAL | El Nuevo Siglo
Domingo, 24 de Agosto de 2014
UN POLÍTICO DINÁMICO
Efraín Cepeda moviliza ideas
 
En política el corazón es un órgano empobrecido. No se puede trabajar en política con el corazón. Ya lo dijo Napoleón: “Con buenos sentimientos no se salva a los pueblos”. En política en ciertos momentos claves, el fin es más tolerable, que los medios que se utilicen. 
 
Recuerdo un foro organizado por el Consejo de Estado sobre El indulto y la amnistía. Un abogado me interrogó: “¿Usted perdonaría a un guerrillero autor de mil crímenes atroces?”. Respondí. Los teóricos plantean dos situaciones. El criminal tiene que someterse a tres principios: “Verdad, Justicia y Reparación”. Otros niegan todo beneficio, si el terrorista cometió delitos de lesa humanidad.
 
Además se comenta, si la guerrilla no ha sido totalmente sometida, hay que negociar y negociar es ceder. Los tribunales analizan la cuestión con cierta elasticidad, motivados por conseguir el bien supremo de la paz.
Efraín Cepeda es un político que actúa, que dirige, que analiza, que estudia y toma decisiones. Varias veces ha presidido el Directorio Nacional Conservador y ha sacudido, innovado y enriquecido al conservatismo con ideas redentoras. Se ha preocupado dinámicamente por la juventud, por la mujer, por los estudiantes, por los pobres, por las regiones, por los principios y por los valores. Tiene enorme poder de convocatoria. Es un líder que aglutina y sabe movilizar ideas, banderas, programas. Efraín Cepeda es más líder que gerente en sus exitosas empresas. Piensa en grande, sin llenarse de vanidad o engrandecerse. Prefiere dar honores a recibirlos. Da el impulso, no lo recibe. Alumbra no deslumbra. Le gusta más ser que parecer. Trabaja por objetivos, no por adjetivos.
 
Churchill repetía: “La política se inventó, no para que los pueblos vayan al cielo, sino para evitar que caigan en el infierno”.
 
Según Efraín Cepeda el conservatismo le ha aportado a Colombia grandes y poderosas instituciones. La Caja Agraria, El SENA, La Federación de Cafeteros, el Código del Trabajo, El Seguro Social Obligatorio, Salario Mínimo, La Fiscalía General de la Nación y otras grandes organizaciones de evidente beneficio popular.
 
El conservatismo, inspirado en las encíclicas y en la patrística ha tenido al pobre como tema esencial en sus proyectos legislativos.
 
No es verdad que la derecha ha sido incondicional de los terratenientes y de los latifundistas. Tanto el liberalismo como el conservatismo son policlasistas y por eso en sus puestos se mezclan pudientes y miserables, blancos y negros, patricios y plebeyos. Es el comunismo el que predica y practica el odio de clases.
 
Algunos izquierdistas llegan al extremo de sostener que el “dinero es un delito y el rico un delincuente”. Según este oprobioso aforismo Shakira que ha amasado una gigantesca fortuna es una infractora de la ley. ¿Y su Fundación los Pies Descalzos con 3.000 menores educándose no representa nada? Bill Gates vinculó el 70% de su riqueza a obras sociales.
El conservatismo busca neutralizar la exclusión, la pobreza extrema, la discriminación, la marginación, los privilegios, las desigualdades, la concentración de la riqueza.
 
 
Es mucho lo que se ha hecho, pero los desafíos son enormes: baja productividad, muchísimo desempleo, tecnologías obsoletas, explosivas tasas de crecimiento demográfico, altos índices de morbilidad, desnutrición, insuficientes puestos de salud, elevados niveles de analfabetismo, bajo Producto Interno Bruto, salarios reducidos, menguadas rentas per cápita, tenemos más importación que exportación, poco protagonismo internacional y carencia de investigación científica.